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Operaciones
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MULTIPLICACIÓN

Don Quijote se aprovecha del desconocimiento de las matemáticas por parte de los campesinos, para favorecer a los más indefensos.


PARTE I. CAPÍTULO IV

El labrador bajó la cabeza y, sin responder palabra, desató a su criado, al cual preguntó don Quijote que cuánto le debía su amo. El dijo que nueve meses, a siete reales cada mes. Hizo la cuenta don Quijote y halló que montaban setenta y tres reales, y díjole al labrador que al momento los desembolsase, si no quería morir por ello. Respondió el medroso villano que para el paso en que estaba y juramento que había hecho -y aún no había jurado nada-, que no eran tantos, porque se le habían de descontar y recebir en cuenta tres pares de zapatos que le había dado y un real de dos sangrías que le habían hecho estando enfermo.

CÁLCULO MENTAL

Sancho es capaz de multiplicar, de cabeza, por 0,25.


PARTE II. CAPÍTULO LXXI

Ellos -respondió Sancho- son tres mil y trecientos y tantos; de ellos me he dado hasta cinco: quedan los demás; entren entre los tantos estos cinco, y vengamos a los tres mil y trecientos, que a cuartillo cada uno, que no llevaré menos si todo el mundo me lo mandase, montan tres mil y trecientos cuartillos, que son los tres mil, mil y quinientos medios reales, que hacen setecientos y cincuenta reales; y los trecientos hacen ciento y cincuenta medios reales, que vienen a hacer setenta y cinco reales, que, juntándose a los setecientos y cincuenta, son por todos ochocientos y veinte y cinco reales.

DIVISIÓN EXACTA

No todo el mundo sabe hacer divisiones (y eso que son exactas) pero no le importa reconocerlo.


PARTE II. CAPÍTULO LX

-De modo –dijo Roque Guinart–, que ya tenemos aquí novecientos escudos y sesenta reales; mis soldados deben de ser hasta sesenta; mírese a cómo le cabe a cada uno, porque yo soy mal contador.

DIVISIÓN CON RESTO

Una división en que el cociente y el resto están muy claros pero que son cosas diferentes.


PARTE II. CAPÍTULO LX

Mandó la señora regenta a un criado suyo diese luego los ochenta escudos que le habían repartido, y ya los capitanes habían desembolsado los sesenta. Iban los peregrinos a dar toda su miseria, pero Roque les dijo que se estuvieran quedos, y volviendose a los suyos, les dijo:

Destos escudos dos tocan a cada uno, y sobran veinte: los diez se den a estos peregrinos, y los otros diez a este buen escudero, porque pueda decir bien de esta aventura.

OPERACIONES COMBINADAS

Ya en aquella época se realizaban operaciones combinadas.


PARTE I. CAPÍTULO XXXIX

... y, dando a cada uno su parte, que, a lo que se me acuerda, fueron cada tres mil ducados, en dineros (porque un nuestro tío compró toda la hacienda y la pagó de contado, porque no saliese del tronco de la casa), en un mesmo día nos despedimos todos tres de nuestro buen padre; y, en aquel mesmo, pareciéndome a mí ser inhumanidad que mi padre quedase viejo y con tan poca hacienda, hice con él que de mis tres mil tomase los dos mil ducados, porque a mí me bastaba el resto para acomodarme de lo que había menester un soldado. Mis dos hermanos, movidos de mi ejemplo, cada uno le dio mil ducados: de modo que a mi padre le quedaron cuatro mil en dineros, y más tres mil, que, a lo que parece, valía la hacienda que le cupo, que no quiso vender, sino quedarse con ella en raíces.

NÚMEROS PRIMOS

Aquí se nos muestra que no es factible dividir un número primo.


PARTE II. CAPÍTULO IV

... que las letras que contenían el nombre eran diez y siete; y que si hacía cuatro castellanas de a cuatro versos, sobrara una letra; y si de a cinco, a quien llaman décimas o redondillas, faltaban tres letras; pero, con todo eso, procuraría embeber una letra lo mejor que pudiese, de manera que en las cuatro castellanas se incluyese el nombre de Dulcinea del Toboso.

DIVISIÓN ENTRE DOS

Al darle consejos Don Quijote a Sancho, no duda en hacer una división, muy fácil, pero división al fin y al cabo. De paso ahonda en una de sus ideas: “justicia social”.


PARTE II. CAPÍTULO XLIII

... que si has de vestir seis pajes, viste tres y otros tres pobres, y así tendrás pajes para el cielo y para el suelo; y este nuevo modo de dar librea no la alcanzan los vanagloriosos.

 

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