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La clave Gaudí
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  • Autores: Esteban Martín y Andreu Carranza
  • Texto:

    Hubo un silencio. Un largo silencio que Miguel aprovechó para servir más café en las tazas.

    Él era matemático, acostumbrado a las hipótesis de Riemann, y cuya línea de investigación consistía en intentar convertir conjeturas en teoremas. Le gustaba la fantasía, la imaginación. Sabía que sin ellas, sobre todo sin la última, no se podía ser un genio en matemáticas. También disfrutaba con la literatura y no le costaba nada, si estaba bien escrito y el narrador sabía seducirle, entrar en una historia en la que el protagonista se convierte en una cucaracha ya en la primera página. Pero todo lo que ella le había contado le resultaba muy difícil de creer, a pesar de aquellos dos sujetos que les persiguieron a tiros por la calle Balmes. Por otro lado, aunque no era un experto en Gaudí, tenía sus ideas al respecto. Reconocía que su arquitectura era genial, nueva. singular; pero tan inmoral como todo el gótico. Para Miguel eran inmorales las catedrales, las iglesias, los templos edificados sobre el miedo de la gente. Una arquitectura que respondía a los esquemas de los poderosos; la arquitectura al servicio del poder. La Iglesia no era obra de Dios. Y Dios era una invención de los hombres para aprovecharse de otros hombres. Así de simple, así de sencillo. Era lo que pensaba. El resto de su cerebro lo ocupaba en cosas que sí servían para hacer feliz a la gente. Y desde muy joven se dio cuenta de que las matemáticas así lo hacían a través de la historia. Si había algún dios en este mundo y en el universo eran las matemáticas. Un dios que servía para algo. Una ciencia comprensible con dedicación, esfuerzo y estudio. Una ciencia demostrable.
  • Fuente: Editorial Plaza&Janés, 2007.

 

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