Un club matemático para la diversidad |
 |
 |
 |
La Resolución de Problemas sin duda significa prácticamente lo mismo que el “uso de las matemáticas”; en consecuencia, en los últimos hay una cierta unanimidad en reconocer que la “Resolución de Problemas debería ser el foco central de las matemáticas escolares”. Así pues, numerosas investigaciones en Educación Matemática han puesto su centro de atención en los múltiples aspectos que esa compleja actividad matemática abarca. Desde muy distintos enfoques se ha avanzado en el intento de describir los mecanismos del pensamiento durante el proceso de resolución, las creencias que intervienen o interfieren en este proceso, los aspectos afectivos o emocionales, la influencia del contexto,.., todo ello con la finalidad de dar un poco de luz a la pregunta clave: ¿qué tipo de intervenciones pedagógicas pueden ser más eficaces para conseguir que nuestros alumnos mejoren su capacidad para resolver problemas? Mª Luz Callejo, en este libro, nos presenta precisamente un interesante equilibrio entre estas dos fases: unas reflexiones y unos análisis sobre los procesos que rigen la resolución de problemas, avalados por su experiencia en la investigación educativa, que nos conducen a una propuesta metodológica, propuesta experimentada por ella misma en el Club Matemático IEPS desde 1985, donde periódicamente, y fuera del contexto escolar, un grupo de alumnos de BUP se reúnen para trabajar en esta actividad matemática rica y creativa que es la resolución de problemas. El libro consta de tres partes claramente diferenciadas. En la primera parte se abordan de forma clara y sistemática los procesos que rigen la resolución de problemas, desde tres ópticas: la cognitiva, la afectiva y la pragmática. A partir de estas primeras bases teóricas, y bajo un título muy directo y sugestivo, ¿se puede enseñar a resolver problemas?, Mª Luz Callejo nos introduce en una propuesta metodológica “que trata de desarrollar en los alumnos y alumnas las predisposiciones mentales y los hábitos intelectuales para resolver problemas”, propuesta de la que se exponen también sus dificultades y su alcance. En la segunda parte, y desde las perspectivas anteriormente mencionadas, se nos presenta la experiencia que da título precisamente al libro: el trabajo en resolución de problemas en el Club Matemático IEPS. Sin embargo, la profundidad de las reflexiones en las que nos introduce la autora (la reflexión sobre los procesos de pensamiento, la comunicación del pensamiento matemático, la evaluación de los aprendizajes) van mucho más allá de una simple y detallada narración de una experiencia. La tercera parte, planteada en forma de anexos, está dedicada a ejemplificar algunos de los instrumentos utilizados en la experiencia y algunas de las actividades propuestas. Un apartado a destacar también es el dedicado a una selección bibliográfica, organizada y comentada, sobre la resolución de Problemas. Ante la aparición en el mercado de un nuevo libro sobre Educación Matemática, siempre cabe preguntarse: ¿qué características lo hacen interesante?, ¿qué laguna cubre en la oferta editorial anterior?. Evidentemente las respuestas a estas cuestiones dependen de la perspectiva desde la cual se contemple. Desde la óptica de un profesor de enseñanza secundaria, creo que en este libro cabe destacar tres características: utilidad, rigor y entusiasmo. Se trata de un libro útil por muchos motivos: porque las preguntas que se plantea forman parte de “aquello que le es cercano al profesor”; porque aporta propuestas concretas y razonadas; porque, a pesar de que las experiencias hacen referencia a una situación extraescolar, a menudo explicita el paralelismo con dos situaciones escolares posibles y muy interesantes (una versión “simplificada” en el aula, y una versión muy parecida en forma de EATP, crédito variable, o simplemente “de una hora semanal”). Es útil también por los recursos didácticos (actividades de aprendizaje y de evaluación) que nos son mostrados y analizados. Otro aspecto a destacar es la facilidad con la que Mª Luz Callejo conjuga claridad, rigor y profundidad en sus planteamientos teóricos (fruto de años de reflexión, estudio y elaboración). Finalmente, creo que hay que valorar en el libro el entusiasmo que transmite “entre líneas”. Es entusiasmo para “experimentar”, para aceptar el reto de convertir la resolución de problemas en el aula en “el ejercicio de un arte”, como dice Miguel de Guzmán en el prólogo; pero también es entusiasmo para continuar profundizando el tema como objeto de estudio. En cualquier caso, este entusiasmo no está exento de realismo: tras una clara exposición del panorama que tenemos delante, nos plantea una pregunta directa, “¿se puede enseñar a resolver problemas?, y su conclusión es precisamente que “se puede favorecer el aprendizaje de la resolución de problemas bajo determinadas condiciones, pero el camino que hay que recorrer es duro y difícil”, sin embargo “merece la pena explorarlo y adentrarse en él”. (Reseña aparecida en UNO Revista de Didáctica de las Matemáticas, No. 3, 1995) Materias: Resolución de Problemas, Experimentos, Estética, Juegos, Cultura Autor de la reseña: Antoni Vila (I.B. Gabriel Ferrater de Reus) |
| © Real Sociedad Matemática Española. Aviso legal. Desarrollo web |