Casamayor de la Coma, María Andresa (1720-1780)
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Escrito por Julio Bernués Pardo (Universidad de Zaragoza)   

María Andresa Casamayor de la Coma

María Andresa Casamayor de la Coma (Zaragoza 30 de noviembre de 1720, Zaragoza 24 de octubre de 1780)

María Juana Rosa Andresa Casamayor de la Coma nació un día de San Andres, 30 de noviembre en el seno de una familia de comerciantes de telas de ascendencia francesa, siendo la séptima de nueve hermanos/as. La casa familiar estaba situada en la Calle del Pilar, junto a la iglesia del mismo nombre.

María Andresa recibió su educación en el hogar familiar muy probablemente de un maestro escolapio, orden religiosa que acababa de establecerse en Zaragoza y fundado un centro de enseñanza para varones.


En 1738, a los 17 años,  publicó el que a día de hoy es el primer libro de matemáticas escrito por una mujer en español, que ha llegado a nuestros días. El único ejemplar existente de su Tyrocinio Arithmetico se encuentra en la Biblioteca Nacional.

María Andresa Casamayor de la Coma

El libro está dedicado a las Escuelas Pías a las que agradece en la dedicatoria la formación recibida.

El Tyronicio (palabra cuyo significado según el Diccionario de la RAE de 1739 era “el primer ensayo del que aprende cualquier arte”) es un texto de matemática elemental que enseña las cuatro reglas llanas de suma, resta, multiplicación, división con una clara orientación hacia el comercio. María Andresa Casamayor presenta los principales cambios de unidades de monedas, pesas y medidas aragonesas para a continuación practicar las cuatro operaciones mencionadas en un contexto aplicado al comercio.

Como ejemplo, multiplica el peso de una cierta mercancía de 648 arrobas 22 libras y 4 onzas por su precio por unidad de 253 sueldos y 4 dineros. Todavía no existe el sistema métrico decimal y las dependencias entre las distintas unidades de moneda, peso y medidas hacen que las operaciones necesiten de un buen número de “trucos aritméticos” que faciliten el cálculo.

Además, María Andresa explica que “su fin, en esta Obrilla solo es, faciIitar esta instruccion a muchos, que no pueden lograrla de otro modo”. Muestra así una manera de pensar que en decadas posteriores será implantada por los Ilustrados de hacer llegar la educación a todas las clases sociales.

El Parasi  solo(1738) es el título del segundo texto que escribió, un manuscrito hoy perdido. El título es una locución latina de significado (aproximado) Prepara tu suelo. La noticia de la existencia de este manuscrito aparece en la Biblioteca de autores aragoneses de Félix Latassa y, según este autor, el texto contiene «… uso de las tablas de raices y reglas generales para responder a algunas demandas, que con dichas tablas se resuelven sin la Álgebra».

Es decir, María Andresa proporciona tablas de raíces para realizar cálculos de manera rápida sin necesidad de utilizar el método tradicional (y más lento) algebráico. Por el significado del título, podemos  conjeturar que estarían aplicadas a la agrimensura o al cálculo de superficies o volúmenes.

Las “calculadoras” de la época, las tablas de logarítmos, eran utilizadas en el cálculo por comerciantes, marineros, ingenieros… para realizar pesadas multiplicaciones mediante su transformación en sumas, más sencillas de operar. El mismo método servía para calcular raíces. En El Parasi solo, María Andresa propone el calculo rápido y directo de raíces con ayuda de sus tablas (sin necesidad incluso de pasar por las tablas de logaritmos).

María Andresa tuvo que firmar sus libros con nombre de varón. Lo hizo mediante un anagrama (mismas letras en distinto orden) de su verdadero nombre.

A partir de entonces, trágicos acontecimientos marcarán su futuro con el fallecimiento de su padre en 1738, de la persona con la que mantuvo una cercana relación intelectual, el dominico Pedro Martínez en 1739, así como la ruina de su familia materna más cercana en 1740. Todos los apoyos que había tenido la joven María Andresa desaparecieron en pocos tiempo.

A diferencia de lo habitual en la época, ni se casará ni entrará en la iglesia, con lo que trabajará para ganarse la vida. María Andresa Casamayor fue maestra de niñas. Conocemos la localización de la casa que habitó y que la ciudad le proporcionó como, parte al menos, de su retribución. Sorprendentemente, la casa sigue todavía en pie en el barrio zaragozano de la Magdalena.

María Andresa Casamayor de la Coma

 
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