El enigma de los faroles
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El País, 19 de abril de 2002.
Andalucia, Única, pág. 10 - Noticias
MARÍA H. MARTÍ Córdoba El enigma de los faroles

500 estudiantes corren por Córdoba resolviendo problemas matemáticos Cuatro pares de ojos adolescentes se clavan en la iglesia de los Capuchinos de Córdoba. No parpadean; sus dueños están hondamente concentrados, calculando cuánto mide el frontal triangular que remata la fachada. Saben que la base del triángulo tiene tantos metros como faroles adornan la imagen del Cristo del mismo nombre que se alza en medio de la plaza, y que su altura es justo la mitad. Con lápiz, papel y Pitágoras no deberían tardar mucho. Pero hay una dificultad adicional. El Cristo de los Faroles lleva meses envuelto en una lona verde, porque lo están restaurando, y sin rayos X no hay modo de contar nada.

"Ahí está la gracia", dice, convencida, Isabel Domínguez. "Que piensen, que busquen recursos". Isabel es la coordinadora de la VII Gymkhana Matemática por Córdoba, una carrera de obstáculos intelectuales pensada para sacar las matemáticas a la calle y convertir esta ciencia tan abstracta en algo que los chicos puedan tocar y disfrutar. La organiza el Grupo de Profesores Rey Heredia. Así, la ciudad estuvo ayer tomada por 110 grupos de estudiantes de bachillerato de 16 institutos, que corrían de la plaza al conservatorio, de la iglesia al parque, exprimiéndose el cerebro contrarreloj.

Todo comenzó a las 9.00 horas, en el Bulevar del Gran Capitán. Los chicos fueron dispersándose, con sus mapas y sus listas de problemas, ganando velocidad por momentos. El equipo 54, formado por cuatro muchachas del IES Góngora, subía y bajaba la Cuesta del Bailío farfullando números inconexos. Tenían que averiguar en cuántos peldaños coincidirían tres amigos que subiesen las escaleras de una en una, de dos en dos y de tres en tres. Poco más allá, el equipo 8, del IES Medina Azahara, se aprovisionaba de paquetes de donuts y galletas. "Los problemas son difíciles, hay que alimentarse bien", afirmaba Aldir Fernández con la boca llena de chocolate. Y el equipo 16, del IES Fuensanta, se arremolinaba en torno a la fuente de la Plaza de las Doblas, para determinar cuántos grados tenían los ángulos que separan los 12 redondeles negros que circundan el caño. Solución: 30. Daniel Gálvez, rápido y eficaz, apuntaba las respuestas y recitaba las preguntas mientras corría por las calles como un puma. Aurelio Rodero le apaciguaba: "No hay que atacarse, vamos tranquilos".

La meta estaba en la Diputación. A las 13.00 horas se cerraba la recepción de resultados; a esa hora había cientos de chicos alrededor del Palacio de la Merced, llegando de todos los rincones de Córdoba, corriendo o arrastrándose, impecables o con la lengua fuera, pero siempre de cuatro en cuatro.

"El trabajo en equipo es fundamental", resaltaba Isabel Domínguez. Un ejemplo: la forma en que varios grupos solucionaron el enigma de los faroles del Cristo. Formaron microcomandos y preguntaron insistentemente a los vecinos de la zona, que se saben la imagen de memoria. Y triunfaron, claro. Ocho faroles, ocho metros.

En la mesa de control, cómodamente a salvo del sol y del calor, estaba Jesús Montes, del IES Averroes, que se presentó voluntario para este puesto porque el año pasado se hartó de patearse la ciudad. De manos de los controladores, los resultados volaban hacia los profesores, que los corregían y puntuaban. Y hubo 20 equipos ganadores, un acto de entrega de premios en toda regla y muchas ovaciones; pero lo mejor fue callejear.

 
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