Vida y obra del padre Gallarta
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El Correo, 8 de enero de 2001

MIGUEL ANGEL ROJO Vida y obra del padre Gallarta

Riojano de Huércanos, escribió en 1971 el primer libro español sobre ordenadores Patentó un archivador filatélico y editó un popular ,chuletario, de fórmulas matemáticas


El padre claretiano Tomás Gallarta Campo pasó por la vida de cuclillas, sin meter ruido, con una bondad sólo mensurable en arrobas. Nacido en Huércanos en 1913 y fallecido hace cuatro años, sus restos reposan en el cementerio de Segovia, ciudad a trasmano de los ejes radiales en la que enseñó al que no sabía, dio de comer al hambriento, consoló al triste y dio posada al peregrino. En la capital castellana está presente en el recuerdo de varias generaciones.

La Rioja ha incurrido en un acto de desmemoria hacia su persona, tal vez porque su labor pasó desapercibida debido a su lejano apostolado y a su exacerbado sentido de la humildad, según cuentan quienes le frecuentaron

Este es un esbozo biográfico de una vida de gran espesura, de un olvidado paisano cuya bondad se asomaba en la solapa de su alma; y también de un escritor de libros científicos, de un profesor que editó un popularísimo y liliputiense ,chuletario, de fórmulas matemáticas. Es, en fin, el relato y el retrato a vuelapluma de quien escribió hace 30 años posiblemente el primer libro sobre ordenadores en España, o diseñó y patentó un archivador filatélico, conocido comercialmente por ,Togal, -sílabas de su nombre y primer apellido- que aún hoy puede comprarse en comercio del ramo.

Tomás Gallarta Campo nació el 14 de junio de 1913 en Huércanos. Doce años más tarde, ingresó en el Seminario que los Misioneros Hijos del Corazón de María tenían abierto en Santo Domingo de la Calzada. De allí fue al noviciado alavés de Salvatierra, en donde profesó en 1929.

Capellán en la guerra
Cursó después Filosofía en Navarra y Teología y Derecho en Santo Domingo para terminar la carrera en Segovia en el año 1935. En esta ciudad se ordenó sacerdote en plena guerra civil -13 de marzo de 1938- y, con sólo 24 años, fue nombrado capellán castrense con destino en Logroño. Colaboró en la entonces embrionaria Acción Católica y en 1939 fue nombrado director del Colegio Claretiano de Segovia.

En la vieja ciudad castellana cursó la carrera de Magisterio y en Madrid se licenció y doctoró en Ciencias Físicas y Exactas, su gran vocación. De hecho, fue profesor de Matemáticas en el colegio Claretiano hasta su jubilación y con él aprendieron trigonometría, derivas e integrales varias generaciones de estudiantes. Estaba marcado desde joven por su natural inclinación a la ciencia.

Pero el padre Tomás no era el típico cura que sólo aportaba la solvencia del conocimiento. También escuchó los latidos de los menesterosos, a quienes tendió su mano cuando éstos sólo encontraban puños. Su labor pedagógica caminó siempre pareja a su entrega al necesitado. Para ello, creó una Filatelia para ayuda a los misiones -¡aquellos tiempos del ,Domund,!- y, durante muchos años, trabajó con disminuidos psíquicos. A éstos procuró con su perseverancia un Colegio, una Residencia y Talleres, dotaciones con el nombre común de ,Valvanera,, revelador de sus orígenes. Siendo octogenario y hasta poco antes de su muerte se ocupó del Apostolado Gitano. Su libro ,El estudiante católico, sirvió de prontuario en los ejercicios espirituales de los escolares sesentinos.

Premio San Isidoro
El padre Gallarta atesoró prestigio docente, hasta tal punto que en 1980 le fue entregado por la Universidad de Valladolid el prestigioso Premio San Isidoro. En 1971, cuando comenzaba a hablarse tímidamente del lenguaje ,Cobol, en la primera promoción de COU y apenas existían cuatro ordenadores mal contados en España, publicó el libro ,Matemática Moderna y ordenadores electrónicos,. Antes había publicado sesudos volúmenes como ,Complementos a la lógica clásica, y el trabajo de investigación ,Construcción de una Estructura Axiomática,.
,Chuletario,
Pero su librillo más popular y celebrado fue ,Micromathesis,, que podría traducirse algo así como minimatemática o matemática de bolsillo. Lo editó a los 80 años, edad en la que se conocen no sólo las reglas sino las excepciones. Se trata de una síntesis de los principales capítulos de la matemática moderna. «Se ha escrito para ahorrar los apuntes a los alumnos, ya que podrán repasar los temas en cualquier lugar y circunstancia, por la comodidad que ofrece su trabajo», explicó el claretiano en el prólogo.
El libro consta de tres partes: la llamada por el autor ,chuletario,, el formulario y los problemas. En el ,chuletario, aparecen conjuntos y estructuras, teoría de ecuaciones, probabilidad, estadística, etcétera.

El formulario pretende ayudar a memorizar las fórmulas aplicables a los problemas de aritmética, geometría, trigonometría, derivadas e integrales y geometría analítica. Y se presentan finalmente cien problemas resueltos, una ensalada ilustrada de ejes de abscisas, parábolas, varianzas, tangente, ecuaciones y mediatrices. «Cuántas veces se ha suspendido un examen, que se tenía bien orientado, por no recordar la fórmula necesaria», razonaba el padre Gallarta para justificar un compendio matemático publicado en 1993 y que hoy, con algún golpe de suerte, puede comprarse en librerías de viejo y en ferias de libro de Ocasión.

Preguntar en Segovia por la figura del padre Gallarta supone recordar a una persona de condición seráfica.

- Fue un hombre bueno y muy querido -explica el padre Francisco González-.
Participaba en la Junta Matemática de Madrid, patentó un archivador de sellos, escribió sobre ordenadores cuando no existían en España. Murió al poco tiempo de editar su ,Micromathesis,, ese formulario resumido y pequeño, pero no lo suficiente para ser usado como ,chuletas, en su examen. Poco antes de morir, escribió a mano unos apuntes matemáticos que pasaron a manos de especialistas en Ciencias Exactas. A Huércanos se trasladaba todos los veranos hasta que le mordió la enfermedad. Allí hablaba con sus paisanos de riegos y cosechas. Sorprende que en su pueblo natal, entre un callejero con los nombres recurrentes de La Peña, Del Medio, Era Alta o Camino del Palomar, no figure una placa en su memoria. Tal vez, sus propios paisanos desconozcan la labor intensa y extensa que realizó durante más de cinco décadas a pie de acueducto romano, a 350 kilómetros de distancia, allí, en Segovia.

Atendió a la persona, al ser humano, con independencia de su condición y credo, siguiendo al proverbio italiano cuando alerta que, tras la partida, el peón y el rey vuelven a la misma caja.

LOS DATOS
Ficha: nació en Huércanos en 1913. En 1939 fue nombrado director del Colegio Calasancio de Segovia.
Obra: construyó una residencia, un taller y un colegio para disminuidos psíquicos en la ciudad castellana con el nombre de Valvanera.
Publicaciones: libros científicos y espirituales. Primer libro sobre ordenadores publicado en España y ,Micromathesis,, un ,chuletario,. LOS DATOS

 
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