21. Grandes paradojas
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Escrito por Miquel Barceló   
Jueves 01 de Septiembre de 2005

Para el diccionario de la Real Academia Española, la palabra paradoja tiene tres acepciones que, en definitiva, vienen a sugerir tal vez lo mismo: 1: "idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de los hombres"; 2: "aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencia de verdadera"; y 3: "figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción".

Todas ellas suelen manifestarse en las paradojas que surgen de poder imaginar que sea posible el viaje a través del tiempo como hace la ciencia ficción.

El viaje a través del tiempo

En realidad, todos somos obligados viajeros del tiempo si aceptamos que nuestra manera de viajar en él está limitada a ir siempre hacia "adelante" a la "velocidad" de un segundo por segundo. Las máquinas del tiempo de la ciencia ficción han permitido a los viajeros del tiempo, desde el protagonista de la clásica novela de Herbert G. Wells LA MÁQUINA DEL TIEMPO (1895), el viaje temporal hacia adelante a otras "velocidades" y, también, el viaje al pasado que, en nuestra limitada realidad, sólo podemos hacer con la imaginación.

En el caso de especular con el viaje al futuro, como hizo Wells hace ya más de un siglo y como ha hecho hace poco su continuador Stephen Baxter en LAS NAVES DEL TIEMPO (1995), se puede usar el viaje a través del tiempo hacia el futuro precisamente para extrapolar la sociedad actual y sus tendencias. Desde la nueva configuración de burgueses y proletarios que Wells convirtió en eloi y morlock en su clásica novela, a diversas opciones de todo tipo, incluso las muchas versiones admonitorias del peligro que nos aguarda si no corregimos efectos indeseados como el calentamiento del planeta por el efecto invernadero, el exceso de población y su envejecimiento, la amenaza de terribles guerras atómicas y/o biológicas, y un largo (demasiado largo) etcétera.

Pero es precisamente el viaje al pasado, ese peligroso y complejo viaje al pasado, el que abre las puertas a un sin fin de paradojas.

El tratamiento de los viajes a través del tiempo y sus paradojas ha acabado siendo uno de los aspectos especulativos más atractivos y espectaculares de la ciencia ficción. Permite también una inteligente diversión intelectual o, incluso, una posible admonición sobre las amenazas de nuestro futuro, sin olvidar la posibilidad de reflexionar sobre los puntos de inflexión de la historia humana.

Y, déjenme decirles que, aunque muchos, como yo, veamos en todo esto de las narraciones sobre viajes en el tiempo un pasatiempo más o menos inteligente y divertido, lo cierto es que parece tener también aplicaciones incluso en la física moderna. Kip S. Thorne (The Feynman Professor of Theoretical Physics del Instituto Tecnológico de California) ha reconocido el interés que, para la ciencia, ha tenido y tiene la exploración de las paradojas temporales en la ciencia ficción. Recordaré aquí, en passant, que Thorne fue quien ayudó a Carl Sagan en alguno de los más rebuscados aspectos científicos de su famosa novela CONTACT (1985).

Y lo cierto es que, como reconoce Thorne, la exploración de las paradojas temporales en la ciencia ficción ha sido casi completa.

Las paradojas del viaje a través del tiempo


Están las clásicas paradojas "abiertas", como la de la persona que viaja atrás en el tiempo para matar a uno de sus antepasados (el abuelo generalmente, aunque, si no somos machistas, podríamos pensar también en la muerte de la abuela si eso no fuera un caso más [hipotético] de violencia de género...), haciendo imposible su propio nacimiento y, por consiguiente, el asesinato que acaba de cometer.

También están las paradojas "cerradas", en las que se crea un círculo sumamente vicioso en el que, por ejemplo, la información circula sin un creador evidente, y de las que es buen ejemplo "Misterio mayor", una vieja narración de José Mallorquí (sí, el autor de EL COYOTE), que quise incorporar a la selección recogida por Peter Haining en CRONOPAISAJES: HISTORIAS DE VIAJES EN EL TIEMPO (2003), relatos escritos por un buen puñado de los mejores autores de dentro y fuera de la ciencia ficción. Posiblemente Mallorquí se inspiró en alguna narración estadounidense de los años cuarenta o cincuenta del pasado siglo. Tal vez en "Fool's Errand" (1951), publicada por Lester del Rey en la revista Science Fiction Quaterly, y en la cual un historiador del año 2211 viaja al año 1528 dónde, por accidente, deja en las manos de un Nostradamus joven un libro con las famosas predicciones del presunto profeta quien, según ese relato, pasaría a ser un copista de... ¿quién? ¿de sí mismo? Ahí está la paradoja del círculo cerrado.

Los lectores que compartan con Haining y conmigo el interés por este juego intelectual del viaje a través del tiempo y sus paradojas, encontrarán sumamente interesante y estimulante un libro como TIME MACHINES: TIME TRAVEL IN PHYSICS, METAPHYSICS AND SCIENCE FICTION (1999, segunda edición) de Paul J. Nahin. Puede decirse que en ese libro está prácticamente todo sobre el viaje temporal y sus consecuencias. Paradojas incluidas. (Aunque, eso sí, falta en ese maravilloso y completísimo libro la referencia a un relato imprescindible: "Filmando el pasado" de Dudley Dell. Nadie lo sabe todo...)

Hablemos pues de la opción que representa "Filmando el pasado".

Ucronías

El juego con las paradojas temporales, pero también las ucronías, la reconstrucción intencionada de la historia y, en definitiva, el análisis del sentido del devenir y el enfrentamiento de las civilizaciones humanas es algo que a menudo ha tratado la buena ciencia-ficción.

Se trata de un caso más del habitual condicional contrafáctico tan típico de la ciencia-ficción: ¿Qué sucedería si...?, y ahí se puede imaginar la hipótesis de una ciencia o un artefacto tecnológico por descubrir y, también, por ejemplo, introducir la hipótesis de un hecho no ocurrido en la historia y que, muy posiblemente, pudiera haberla cambiado.

Hay títulos clásicos como PAVANA (1968) del británico Keith Roberts donde la hipótesis es que la Armada Invencible de Felipe II realmente lo fue, la reina Isabel murió y, gracias al rey español, el papado dominó en toda Europa retrasando el nacimiento de la ciencia moderna.

Más estadounidenses son LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ (Bring the Jubilee, 1953) de Ward Moore donde los confederados ganan la guerra de Secesión o EL HOMBRE EN EL CASTILLO (1962) de Philip K. Dick, donde las potencias del Eje ganan la segunda guerra mundial y los Estados Unidos de América quedan sometidos al "japanese way of life".

Una mirada al pasado

Otra opción posible es jugar no con la historia alternativa sino, mucho más modestamente, con la historia observada. Hay en la actualidad obras destacadas en este sentido como la relativamente reciente LA REDENCIÓN DE CRISTÓBAL COLÓN (1996) que forma parte de una presunta serie, la de los Observadores del Pasado (pastwatch) que todavía espera la aparición de su segunda novela...

Pero antes de seguir con esa obra de Card, quiero citar el cuento al que antes hacía referencia y que, aunque Paul J. Nahin no conozca, desde hace ya varias décadas sigue indeleble en mi memoria. Se trata de "Filmando el Pasado" que, atribuido a un ignoto Dudley Dell (un seudónimo de un conocido editor de ciencia ficción de los años cincuenta: Horace Gold), apareció en el primer número de la revista argentina MÁS ALLÁ, nada menos que en junio de 1953.

En ese breve y curioso relato, un biógrafo del futuro especializado en hombres de ciencia, decide averiguar porqué Newton se volvió un tanto extraño y paranoico al final de su vida. Para ello consigue que le dejen usar un nuevo artefacto, la Cámara Biotempo, una máquina que permite filmar en el pasado, y con ella se dedica a observar todo lo que hace Newton en los últimos años de su vida. Al final, horrorizado de lo que ha hecho, abandona la observación cuando llega a convencerse de que Newton, sometido al estricto seguimiento de la Cámara Biotempo, no puede dejar de desarrollar un cierto complejo de manía persecutoria. Quod erat demostrandum...

Se trata, creo, de una de las más elegantes variaciones de las clásicas paradojas temporales, y viene a decirnos que, con el tiempo no se juega y, sin que haga falta la intervención directa, tan sólo la observación profunda del pasado podría alterar la historia... o ser su causante último.

Hay otros ejemplos

En la antes citada OBSERVADORES DEL PASADO: LA REDENCIÓN DE CRISTÓBAL COLÓN, también la trama parece sencilla: en un futuro no demasiado lejano, un pequeño grupo de científicos e historiadores dedican sus horas a estudiar el pasado con una nueva máquina de observación a través del tiempo, la TruSite II.

Por desgracia su mundo es un lugar trágico: la especie humana ha quedado reducida a una población de menos de mil millones de personas tras un siglo de guerras y plagas, de sequía, de inundaciones y de hambrunas. Ha habido demasiadas extinciones, demasiada tierra ha quedado envenenada y baldía. La gente que sobrevive lucha sin éxito por renovar el planeta, mientras los especialistas observan el pasado en busca de las causas de su terrible presente.

Un buen día, al observar la terrible matanza de las tribus caribeñas a manos de los españoles que se dirigen a La Hispaniola conducidos por Cristóbal Colón, la observadora Tagiri descubre que la mujer a quien está estudiando también la ve a ella y, a su vez, interpreta esa imagen como una visión enviada por sus dioses.

Como la paranoia de Newton en "Filmando el pasado", la pregunta surge inmediata, pero esta vez, como suele ser habitual en un autor como Scott Card, con marcada orientación moral y ética.

¿Podría alterarse el pasado? ¿Sería correcto que un pequeño grupo de observadores actuara de forma que, con supuestos mensajes dictados por un Dios misterioso, hiciera desaparecer al completo una línea temporal, aunque sea la suya propia? ¿Se justificaría su acción si, gracias a ella, puede evitarse la muerte de todo el planeta?

Por suerte o por desgracia, no existe la Cámara Biotempo ni la TruSite II, pero si la historia por venir, el fruto de nuestro presente. Tal vez bastaría construir ese mañana responsablemente para que nadie sintiera en el futuro la necesidad de enmendarnos la plana, de rehacerla de cabo a rabo (con o sin paradojas) para evitar posibles consecuencias nefastas de nuestras acciones de hoy. Ética para con el futuro es la verdadera respuesta.

Para leer:

Ensayo
- TIME MACHINES: TIME TRAVEL IN PHYSICS, METAPHYSICS, AND SCIENCE FICTION. Paul J. Nahin. New York. Sprinter-Verlag. Second Edition, 1999.

Ficción
- CRONOPAISAJES: HISTORIAS DE VIAJES EN EL TIEMPO. Peter Haining y Miquel Barceló Eds. Barcelona. Ediciones B. NOVA (núm 162). 2003.
- LAS NAVES DEL TIEMPO (1995). Stephen Baxter. Barcelona. Ediciones B. NOVA-Éxito (núm 11). 1996.
- OBSERVADORES DEL PASADO: LA REDENCIÓN DE CRISTÓBAL COLÓN (1996). Orson Scott Card. Barcelona. Ediciones B. NOVA (núm 109). 1998.

 
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