79. (Noviembre 2013) Palabras fractales (textos de literatura fractal y otras aproximaciones), de Pablo Paniagua
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Escrito por Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)   
Jueves 28 de Noviembre de 2013

Palabras fractales (textos de literatura fractal y otras aproximaciones), de Pablo Paniagua

Palabras fractales viene precedido del ensayo ¿Qué es la literatura fractal?, disponible también libremente en el blog de Pablo Paniaguai.

Siguen a este ensayo una serie de relatos cortos, cuentos y narraciones, en los que algunas de las características descritas como ‘fractales’ en el ensayo introductorio se muestran: desdoblamientos, visión caleidoscópica, dinámica circular, dinámica cíclica, dinámica laberíntica, dinámica en la repetición, dinámica de mutación,  juego de espejos, dinámica concéntrica o proceso invertido.

Palabras fractales consta de una primera serie de relatos cortos, que se reúnen bajo los siguientes títulos:

Hacia la comprensión del universo
Los tiempos del tiempo
Historias sobre la existencia
Historias del Ser
De los horizontes
Visiones invisibles
Palabras en el laberinto
Historias circulares
Historias simuladas
El juego de la vida
Sobre literatura
Reflejos y sonidos

Reproduzco tres de ellos –con permiso del autor– que me han emocionado especialmente.

En el delicioso relato Vértico –extraído de De los horizontes– se plantean las diferencias entre lo vertical y lo horizontal, y se  habla de un mundo en el que estas nociones se han intercambiado:

Hay una referencia en la lejanía: para los humanos es el horizonte, pero en mi planeta aparece vertical y lo llamamos “vértico”. Allí vivimos de medio lado y crecemos a lo ancho, justo al revés que en este lugar. En mi planeta sus pobladores no roban ni se matan entre ellos, ni hacen guerras por bienes materiales ni supuestos espirituales. Me sorprende la verticalidad de la mente humana en contraste con lo horizontal de su mundo, con su orden vertical ansiando ser más que el vecino, con estratos de poder y servilismos, con imposición de clases. En mi planeta no existe nada de eso y dentro de nuestro medio vertical buscamos la horizontalidad para ser iguales. En mi planeta nos elevamos en el aire hacia el espíritu, mientras que aquí se arrastran por el suelo deseando la materia. El humano asienta los pies sobre la tierra y toma posesión del horizonte, para luego pensar en vertical.
Qué raros son, qué mundo tan extraño, donde todo está justo al revés.

Horizontes –extraído de De los horizontes– confronta la curva con la recta, refiriéndose a diferentes clases de horizontes:

El horizonte no es, como parece, una línea recta en la distancia, es un círculo que nos rodea; de ello te das cuenta al girar sobre ti mismo en medio del océano o en la soledad del desierto; allí se deja apreciar, en él, la curvatura de la Tierra. De cualquier modo es una señal engañosa que cambia sin parar y tan diversa como el infinito, todo depende de nuestro movimiento y situación, del ángulo de la mirada, de cómo la intensidad de la luz incide sobre él. En las ciudades el horizonte se pierde entre el hormigón, hay que salir de ellas para apreciarlo; el hombre citadino no se da cuenta de esas cosas ni mira al cielo en las noches para ver las estrellas; el hombre de ahora se apartó de la naturaleza para crear un mundo fuera de ella, sin horizontes circulares que mirar.
Al final de mi habitación, en su horizonte, hay un televisor encendido por donde pasan diferentes imágenes en movimiento. He de reconocer que no veo mucho la televisión, pues prefiero los horizontes de los paisajes de mi mente, tratar de escribirlos para que alguien los lea. También me adentro hacia los parajes de otros que buscan horizontes. Todos buscamos a través de la escritura nuestro propio horizonte, para saber de qué somos capaces, si es que somos capaces de algo. Un escritor sin horizontes no es un escritor, y yo lo pretendo siempre con la apuesta por delante, en este juego de la vida donde me desvivo por hacer de mi horizonte algo más que un horizonte.

Multiplicidad –extraído de Palabras en el laberinto– es un asfixiante relato en el que se habla sobre la pérdida de la identidad: el protagonista es una réplica, uno de tantos individuos idénticos a él… un texto muy ‘borgiano’ –Jorge Luis Borges uno de los mayores representantes de la literatura fractal, como el propio Pablo Paniagua explica en ¿Qué es la literatura fractal?–:

Estoy afuera y veo a los de adentro, pero ellos no me ven, y eso que les hago señales con los brazos para llamar su atención. Ellos giran a mi alrededor sin mirarme, pues caminan con la vista fija en el suelo mientras cuentan sus pasos. Son catorce hermanos idénticos que dan vueltas dentro de una habitación circular, o uno solo frente a trece espejos fraccionados. No lo sé; trataré de detectar cualquier movimiento distinto en ellos, pero por ahora es imposible. No puedo ver más que mis pies al caminar, cuando siento que alguien me observa desde afuera moviendo los brazos para llamar mi atención. Creo que son trece hermanos idénticos a mí.

En una segunda parte de Palabras fractales, Pablo Paniagua nos regala narraciones más extensas, cuyos títulos son:

Franz Kafka y dos cervezas
Inquietante relación
Un desconocido escritor
La civilización del tiempo
La momia de un nazareno
Manzanas
Sentimiento sublime
Un ático de Toledo
Visiones etéreas
Pensamientos inescrutables
Aquella primera vez
Anécdota astral
La luz de todos mis días
El hecho poético
Árbol cósmico
Currículum

Los tres primeros relatos son un homenaje a Franz Kafka –el otro gran representante de la literatura fractal citado en ¿Qué es la literatura fractal?–: Franz Kafka y dos cervezas es un divertidísimo cuento en el que la ‘fractalidad’ se presenta a través de una ocurrente dinámica de repetición; Inquietante relación es un singular relato que alude a La Metamorfosis de Kafka; Un desconocido escritor describe los problemas que encontraría un Franz Kafka del siglo XXI intentando encontrar un editor para El Proceso, La Metamorfosis o El Castillo… ¿debería optar por abrir un blog para publicar sus novelas por entregas?

De entre todos los relatos de esta serie, quizás destacaría también Manzanas, un ingenioso texto en el que a través de esta delicada fruta, Pablo Paniagua comienza hablando de Newton y termina con el  logotipo de los Macintosh, nombrando también la manzana de Eva, de Guillermo Tell o de Blancanieves…

Palabras fractales tiene una gran variedad de estilos en sus cuentos, divertidos u obsesivos, filosóficos o más mundanos, ¡no te dejarán indiferente!

 

Nota:

[i] Ya reseñamos hace más de un año en este mismo portal otra novela –además también fractal– de Pablo Paniagua: La novela perdida de Borges.

 
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