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Febrero 2006: Historias del Calendario - Introducción
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Escrito por Jordi Guàrdia (Universitat Politècnica de Catalunya)   
Miércoles 01 de Febrero de 2006
Índice del artículo
Febrero 2006: Historias del Calendario
ÍNDICE DE LA EXPOSICIÓN
Introducción
Tipos de calendarios
Los primeros calendarios de la historia
El calendario gregoriano
Un calendario perpetuo
El calendario islámico
El calendario hebreo
El calendario chino
Conversión entre calendarios
Calendario mundial
El calendario en los ordenadores y en Internet
Todas las páginas

Introducción

Desde siempre, el hombre ha sentido necesidad de medir el tiempo. La propia naturaleza nos empuja a ello: nuestro ritmo vital se basa en períodos de un día, que es el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta sobre sí misma, y medimos nuestra edad contando las vueltas que hemos dado alrededor del Sol desde que nacimos. Estos dos períodos han determinado todos los calendarios diseñados por la humanidad a lo largo de su historia. Actualmente disponemos de grandes avances tecnológicos que nos permiten medir el tiempo con exactitud, pero para elaborar nuestros calendarios seguimos basándonos en la observación de los fenómenos cíclicos de la naturaleza, al igual que hicieron los egipcios o los mayas algunos milenios antes.

La evolución de los calendarios va ligada a la historia del hombre. Todas las grandes civilizaciones han diseñado su propio calendario. El progreso de la humanidad ha conllevado un mejor conocimiento de los fenómenos astronómicos, y con ello, una mejora de los calendarios. La religión y la política también han influido notablemente en la evolución del calendario: no hay más que recordar, por ejemplo, que los musulmanes cuentan los años a partir de la Héjira, la huida de Mahoma de La Meca, o que los revolucionarios franceses instituyeron su poético calendario en 1792.

La historia de los calendarios es, en cierto modo, una historia de errores: las imprecisiones cometidas en la medición del año solar han provocado desajustes más o menos importantes que se han ido corrigiendo sobre la marcha, generalmente arrancando las hojas sobreras del calendario. Esto ha ocasionado no pocas confusiones, porque no todos los países se han puesto de acuerdo para arrancar las mismas hojas: así, aunque el 23 de abril celebremos el Día del Libro para conmemorar las muertes de Cervantes y Shakespeare, ambos murieron con diez días de diferencia.

Pero, ¿por qué tantos errores? ¿Por qué los calendarios humanos parecen tan artificialmente complicados? Ciertamente sería más sencillo si todos los meses y años tuvieran una longitud fija, pero desgraciadamente, esto no es posible, debido a la inconmensurabilidad de las duraciones de los movimientos astronómicos en que se basan los calendarios. El año solar tiene una duración media de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, esto es, 365.2422 días. La duración media del mes lunar, es decir, el tiempo que tarda la Luna en completar una vuelta alrededor de la Tierra, es de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2.78 segundos, o sea, 29.53059 días. Como no hay ninguna relación sencilla entre los números 365.2422 y 29.53059, no podremos construir calendarios sencillos que se basen en los movimientos del Sol, la Tierra y la Luna.

Fases de la Luna

En este artículo vamos a repasar algunos de los calendarios ideados por el hombre, especialmente el calendario gregoriano, que es el empleado por la civilización occidental. Vamos a ver cómo confeccionar un calendario perpetuo, cómo convertir fechas entre dos calendarios diferentes (¿qué día es hoy en Pekín?), y cómo incorporan el calendario los principales programas informáticos.



 

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