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93. (Abril 2012) El brujo en sociedad
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Escrito por Pedro Alegría (Universidad del País Vasco)   
Martes 10 de Abril de 2012

El brujo en sociedadEn todas las épocas de la historia han surgido personajes ilustres que, habiéndose dedicado a la ciencia, han mostrado gran afición por la magia y, en particular, por su vertiente matemática. Uno de tales personajes será el protagonista de esta entrega.

A finales del año 2011 ha nacido en Tarragona la editorial Frechiné Editores, y los responsables han querido empezar su aventura con un facsímil del libro “El brujo en sociedad, o sea breve instrucción para aprender a ejecutar con destreza muchos juegos de manos y otras varias suertes curiosas y divertidas”, escrito por Juan Mieg en 1839.

El brujo en sociedad

En la introducción del libro, Alain Denis explica que se trata del primer libro de magia escrito en español que no se limita a divulgar trucos copiados y mal traducidos de enciclopedias extranjeras (está refiriéndose al libro escrito por Pablo Minguet en 1733 titulado "Engaños a ojos vistas, y diversión de trabajos mundanos", el cual se considera como el primer libro de magia en español, aunque en realidad consiste en una recopilación de textos anteriores publicados en Francia). Juan Tamariz escribe el prólogo donde muestra su admiración por el autor y su obra. Allí afirma categóricamente: “Si este libro no es una auténtica enciclopedia mágica, ¿cuál puede ser?”. Lee un extracto del libro en http://issuu.com/pausus/docs/brujo_en_sociedad_extracto.

El libro está dividido en cinco secciones: suertes matemáticas (de aritmética y de geometría), suertes de naipes (sin destreza y con destreza), suertes mecánicas (sin ilusión y con ilusión), suertes químicas y variedades. ¿Sorprende a alguien que la primera sección trate precisamente de magia matemática?

El brujo en sociedadEl brujo en sociedad

El autor del libro, Juan Mieg (1780-1859), fue naturalista, entomólogo y ornitólogo de gran prestigio en la comunidad científica de la época pero también muy aficionado a la magia. Nació en Basilea pero desarrolló su labor en España, donde llegó por primera vez en 1814 tras aceptar la propuesta del rey Fernando VII para ejercer como profesor de física del Real Gabinete. Posteriormente llegó a ser director del Real Estudio físico-químico establecido en el Palacio Real de Madrid. Adoptó el pseudónimo de “El tío Cigüeño” cuando publicó en 1841 un libro sobre su vida privada titulado “Historia romántica de las tribulaciones, amoríos, posesión y vindicación del Tío Cigüeño, con su feliz exorcización” y con ese sobrenombre es conocido en el mundo de la magia blanca o natural, como a él le gustaba denominar, a diferencia de los nombres “Física recreativa” o “Física oculta” que él consideraba impropios. La eterna polémica entre quienes afirman poseer poderes sobrenaturales y quienes sólo pretenden el entretenimiento de su público también está presente en su época pues, en la introducción del libro “El brujo en sociedad”, afirmó:

“Nadie ignora en el día que todos los supuestos encantadores, mágicos, taumaturgos, brujas, o como gusten llamarse, no son más que estafadores y charlatanes, o bien gentes alegres que gustan divertirse sorprendiendo o divirtiendo a los demás; y que todos sus pretendidos milagros y artes estriban en medios naturales, en la destreza de manos, la mecánica, la física, la química y en las matemáticas. Pero en verdad que no todos saben el cómo se operan los diversos efectos o suertes con que aquellos pretendidos mágicos suelen asombrar a la multitud, y a veces hasta a las personas más instruidas.”

No es el objetivo de esta sección detallar la biografía científica de este personaje pero, si te interesa, puedes consultar el video homenaje que se realizó en octubre de 2011 por la Sociedad de Amigos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, video que está disponible en el portal CIENCIATK del CSIC.

Es posible que desees hojear el libro (la edición original en pdf puedes descargarla desde el portal de la Biblioteca Nacional, que casualmente ha cumplido 300 años el uno de marzo de este año). Incluso puedes estar pensando adquirir un ejemplar de la nueva edición (sólo se han publicado 250 ejemplares, así que averigua en http://pausus.com/frechine/el-brujo-en-sociedad-2 si estás a tiempo de poseer el libro). En cualquier caso, se trata de una prueba más que corrobora la estrecha relación que existe entre la magia y las matemáticas.

Para mantener la tradición de este rincón, vamos a describir también un juego de magia matemática. Y en esta ocasión parece lo más apropiado incluir un juego descrito por "El tío Cigüeño" en el libro recién reseñado. El juego es el titulado "Suerte de las tres prendas":

  1. Pide a tres espectadores que te presten un objeto que tengan a mano, digamos que hemos conseguido un reloj, una caja y un estuche. Deja los objetos sobre la mesa y deja también un montón de monedas, digamos que hay 24 monedas. Entrega una moneda al primer espectador, dos monedas al segundo y tres monedas al tercero.

  2. Vuelto de espaldas, pide que cada uno de ellos seleccione un objeto y lo esconda en un bolsillo. Pide entonces al espectador que tenga el reloj que recoja tantas monedas como le hayas entregado (tendrá ahora el doble de las que tenía al principio), al espectador que tenga la caja que recoja el doble de monedas que haya recibido y al espectador que tenga el estuche que recoja cuatro veces el número de monedas que le entregaste.

  3. Te vuelves de cara nuevamente y cuentas disimuladamente y de un rápido vistazo el número de monedas que quedan sobre la mesa: pueden ser 1, 2, 3, 5, 6 ó 7, que corresponden a cada una de las seis permutaciones de los tres objetos. La tabla con las correspondencias entre los objetos y los espectadores que los poseen es la siguiente:

    Monedas restantes

    Espectadores

    1 2 3
    1 reloj caja estuche
    2 caja reloj estuche
    3 reloj estuche caja
    5 caja estuche reloj
    6 estuche reloj caja
    7 estuche caja reloj
  4. Ahora es fácil determinar quién oculta cada uno de los objetos si eres capaz de recordar esta frase mnemotécnica francesa (que significa aproximadamente "por culpa del hierro, César una vez se convirtió en un príncipe tan grande"):

    PAR FER CESAR JADIS DEVINT SI GRAND PRINCE
    1 2 3 5 6 7

    Fíjate solamente en la palabra que corresponde al número de monedas restantes. Sus vocales indicarán el objeto que posee cada una de las dos primeras personas, en ese mismo orden (entendiendo que la vocal A corresponde al primer objeto -el reloj-, la vocal E corresponde al segundo objeto -la caja- y la vocal I corresponde al tercer objeto -el estuche-).

  5. Por ejemplo, supongamos que en la mesa quedan tres monedas. La palabra clave es JADIS, con vocales A-I. Esto indica que la primera persona tiene el reloj, la segunda persona tiene el estuche y la tercera persona, por eliminación, tiene la caja.

Observaciones:

  • La frase mnemotécnica utilizada por Mieg ya aparece en el libro "Récréations mathématiques et physiques" escrito por Jacques Ozanam (París, 1694), revisado y ampliado por Montucla (París, 1778), traducido al inglés por Hutton bajo el título "Recreations in Mathematics and Natural Philosophy" Riddle con el título Recreations in Science and Natural Philosophy (Londres, 1844). Pero, si escarbamos un poco más, descubrimos que la misma frase aparece en el problema 25 del libro de Claude-Gaspard Bachet titulado "Problèmes plaisants et délectables qui se font par les nombres" (1612). Allí expone también la variante correspondiente a cuatro objetos y cuatro espectadores (hay que dejar sobre la mesa 78 monedas, la primera persona recoge tantas monedas como tiene, la segunda recoge cuatro veces más y la tercera 16 veces el número de monedas que posee). Bachet afirmaba que su variante era inédita pero ahora se conoce que Diego Palomino había publicado con anterioridad un ingenioso método para aplicarlo con cuatro objetos y cuatro espectadores.

  • Basándose en el sistema de numeración en base n, W.W. Rouse Ball presenta en la cuarta edición del libro "Mathematical Recreations and Essays" (cuya primera edición es del año 1892) una generalización de este truco utilizando n objetos y n espectadores, dando el crédito del método a M. Bourlet.

  • Martin Gardner (¿otra vez por aquí?) describe en su libro "Mathematical Circus" (1968) este sencillo juego que puedes realizar a continuación del anterior.

    Deja sobre la mesa 20 monedas y vuélvete de espaldas al espectador. Instrúyele para que retire un grupo de monedas y las guarde en su bolsillo. A continuación que cuente el número de monedas restantes, sume las dos cifras del número y retire de la mesa ese número de monedas, guardándolas también en el bolsillo. Por último, toma otro grupo de monedas y las oculta en la mano, cerrando el puño. Cuando te vuelves cara al espectador, cuenta secretamente el número de monedas restantes. Ya puedes adivinar el número de monedas que tiene el espectador en su puño cerrado. ¿Sabes cómo?

 

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