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Torres Quevedo, Leonardo (1852-1936)
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Escrito por Francisco A. González Redondo (Universidad Complutense de Madrid)   
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Torres Quevedo, Leonardo (1852-1936)
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Leonardo Torres QuevedoLeonardo Torres Quevedo nació en Santa Cruz de Iguña (Molledo), en la actual Cantabria, el 28 de diciembre de 1852. Hijo de Luis Torres Vildósola y Urquijo, ingeniero de Caminos de origen vasco, y de Valentina Quevedo de la Maza, de raigambre montañesa, vivió de niño en Bilbao con sus padres, quedando a cargo de unas parientas, las señoritas Barrenechea, mientras cursaba la primera parte de sus estudios de Bachillerato en el Instituto de la capital vizcaína. A partir de 1868 completa su formación en el Colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana de París, la ciudad que recibirá, acogerá y difundirá sus creaciones años más tarde.

En 1871 ingresa en la Escuela del Cuerpo de Ingenieros de Caminos de Madrid, finalizando sus estudios en 1876. Trabaja como ingeniero durante unos meses, dedicado a trabajos ferroviarios. Sin embargo, y gracias a la herencia recibida de las señoritas Barrenechea, renuncia a ingresar en el Cuerpo para dedicarse a “pensar en sus cosas”, estudiando y viajando por Europa (especialmente Francia y Suiza), con una residencia que se reparte entre Madrid, Bilbao, París… y el Valle de Iguña, donde se casa con Luz Polanco Navarro el 16 de abril de 1885.
En 1889, desde su retiro en la Montaña, ofrece a la comunidad científica el primer fruto de sus estudios: la patente del transbordador; un funicular aéreo suspendido de cables múltiples cuya tensión, que depende de unos contrapesos situados en uno de los extremos, se mantiene siempre constante, independientemente de la carga que soporten o de la posición que ocupe a lo largo del recorrido. Ensayados unos primeros modelos en el Valle de Iguña, en 1890 D. Leonardo presenta en Suiza esta primera incursión en el mundo de la “automaticidad”… recibiendo la incomprensión (y hasta la burla) de los científicos e ingenieros helvéticos.


 

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