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48. Cliología e historia para científicos
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Escrito por Miquel Barceló   
Martes 01 de Enero de 2008

Creo que podría decirse que "la historia se mueve", en el sentido de que los historiadores están buscando (y encontrando) nuevas maneras de tratar su disciplina. Hoy les quiero hablar de la llamada "Big History" al amparo de un libro que lleva ya dos o tres años traducido, así como de la llamada "Cliología" que propone una novela de ciencia ficción publicada en España hace también unos años.

Un matemático que escribe ciencia ficción: Michael Flynn

En febrero de 2004 aparecía en España la novela En el país de los ciegos (Ediciones B) de Michael Flynn. En ella, un grupo de personas interesadas en la ciencia y la matemática logran, en el siglo XIX, que la "máquina de diferencias" de Charles Babbage (el antecesor teórico del moderno ordenador) pueda convertirse en realidad ya en el siglo XIX. Utilizan esas potentes máquinas de cálculo para aplicar las nuevas ciencias teóricas del comportamiento social desarrolladas en Francia, sociología y estadística, y así predecir, controlar y condicionar los acontecimientos futuros.

Parte de esa novela había aparecido, inicialmente, en octubre de 1987 en la revista Analog y continuó durante dos números más. Se trataba de una novela corta de un autor entonces nuevo, Michael F. Flynn. En esa primera y parcial entrega llamada también En el país de los ciegos, Flynn exploraba con gran inteligencia y amenidad la hipótesis de que una sociedad secreta, la Sociedad Babbage, hubiera construido, en el siglo XIX, la "máquina de diferencias" diseñada por Charles Babbage. Conviene recordar que ese "invento" se considera el primer diseño de un ordenador moderno, aunque en su tiempo fuera imposible llevarlo a la práctica por las deficiencias de la tecnología meramente mecánica de la época.

En la narración, esa Sociedad Babbage habría desarrollado la nueva ciencia de la cliología, una especie de trasunto moderno de la vieja psicohistoria de Asimov, y, con esa herramienta en sus manos y el gran poder de cálculo que le permitían las máquinas de Babbage, predecía, controlaba y condicionaba los acontecimientos futuros. En su intento por evitar unas guerras podía haber generado otras y, por si ello fuera poco, el asesinato no dejaba de ser un "modus vivendi" casi necesario en ese nuevo menester de manipular la historia.

En el marco de esa idea, la trama funcionaba con personajes interesantes y creíbles lo que, desgraciadamente, no suele ser habitual en las primeras novelas "con ideas". Flynn desarrollaba muy bien el hecho de que Sarah Beaumont, una inversora inmobiliaria y ex-periodista de finales del siglo XX, llegara a descubrir por azar una de esas viejas máquinas, con lo que se inicia una trama imparable de conspiraciones, enfrentamientos y uno de los más amenos thrillers de acción de la moderna ciencia ficción.

Debo decir que, habiendo trabajado como informático desde hace muchos años (programé el primer ordenador de mi larga y dilatada vida profesional hacia 1968...) generalmente suelo ser muy crítico con las novelas de ciencia ficción de tema informático. Pero la novela de Flynn era seria y, además, pese a la referencia a Babbage, En el país de los ciegos era (y es), sobre todo, una novela sobre la historia, una modernización del viejo sueño asimoviano de la psicohistoria, a la luz de los conocimientos matemáticos y estadísticos de Flynn, en realidad, bastante menos ingenuo que el mismo Asimov. La pregunta central que se plantea es precisamente la de si es posible controlar el devenir de la historia futura y la respuesta es, conviene reconocerlo, brillante.

La novela corta leída en Analog me pareció bien y ahí quedó la cosa aunque, desde entonces, el nombre de Flynn suele llamar mi atención. No soy masoquista y, cuando me lo paso bien (¡muy bien!) leyendo algo, suelo repetir con otras narraciones de ese autor.

Por eso, cuando en mayo de 1990 Analog publicó una continuación con el título Una rosa con otro nombre, la leí con interés. Seguía en la misma línea y complicaba la trama en una vuelta de tuerca más al tema ya desarrollado en la primera parte. Me quedé un tanto sorprendido de que no hubiera otra parte en junio de 1990 por aquello de que "no hay dos si tres" y, en realidad, porque parecía faltar alguna especie de conclusión al tema central de la manipulación de la historia. Me resigné a esperar otros tres años para poder disponer, siempre en Analog, de una tercera y tal vez última parte de la historia, diciéndome a mí mismo que las labores como estadístico y consultor en calidad industrial de Flynn no debían dejarle demasiado tiempo para escribir novelas.

Tres años no fueron suficientes...

La versión completa de la novela, con esa tercera parte que yo encontraba a faltar, apareció en inglés nada menos que en agosto de 2001. La nueva edición iba acompañada como Epílogo de un ensayo del mismo Flynn (aparecido en su versión inicial en Analog en abril y mayo de 1988) con el título "Una introducción a la psicohistoria". En la nueva edición de 2001 pasaba a llamarse ya directamente "Una introducción a la cliología", siendo la cliología una propuesta para una nueva "visión científica" de la historia que no tema usar la estadística. Flynn es matemático con un master en topología y ha trabajado durante años aplicando la estadística al control de calidad en ingeniería. Un estadístico profesional tenía que estar interesado por esa "visión estadística" de la historia de la que habla brillantemente en ese epílogo y que hace intervenir en la novela.

La imaginación "cliológica" de Flynn enlaza con la matemática aplicada, en este caso con el control de la historia. La Sociedad Babbage, una sociedad secreta como tantas en el siglo XIX, ha controlado el devenir de la historia y ha evitado guerras pero, también, puede haber generado la guerra de Secesión estadounidense. En definitiva: ¿Es posible el control de la historia? ¿Es deseable? ¿Cuál ha de ser el papel de quien puede ver el futuro ante esa posibilidad...?

La Big History

Pero la propuesta de la cliología no es la única incursión de las ciencias duras en la historia. En los últimos años, los mismos historiadores han pasado de una visión detallista de la historia a visiones más globales como la llamada "world history" o la interesantísima "big history".

La "world history", de la que ya existen revistas especializadas como Journal of World History, considera que, además de la habitual historia hecha de búsqueda de documentos y centrada en el detalle, es también imprescindible una visión global de la historia completa de la humanidad como un todo, vista en el contexto de la cambiante relación del ser humano con la naturaleza.

El siguiente paso lo da la "big history" al enfocar el estudio de la historia no sólo en la humanidad vista globalmente (world history) sino a lo largo del tiempo, todo el tiempo, incluso desde el Big Bang.

Tal vez la "big history" trata de superar el reduccionismo humanista de la historia tradicional y ponerla en su contexto. Intenta contemplar la amplia escala de los tiempos, y por eso inicia su relato con el Big Bang, lo continua con la formación de estrellas y galaxias, de sistemas solares, de planetas como la Tierra y, más adelante, ya centrados en nuestro planeta, en la aparición de la vida, de los mamíferos, de los homínidos, del ser humano y, luego, pero sólo luego, sus civilizaciones y culturas. Una amplia visión que mezcla la historia con ciencias como la física, la cosmología, la biología, la paleo-antropología y un largo etcétera.

Desde 2005, disponemos de la traducción española de uno de los más destacados libros de la "big history", Mapas del tiempo: una introducción a la "Gran Historia" (Crítica) de David Christian, historiador estadounidense afincado en Australia (Universidad de Macquarie en Sidney) y ahora (tras el éxito de sus tesis sobre la "big history") de nuevo en América en la San Diego State University.

Su lectura es una verdadera gozada. En un libro de 585 páginas (que se alarga hasta las 723 con apéndices, notas y bibliografía) el ser humano no hace su aparición hasta la página 177. Los capítulos nos hablan del universo inanimado, la vida en la tierra, la aparición del ser humano y sobre la historia humana y las perspectivas del futuro. Como pedía desde 1959 C.P. Snow con su debate sobre las dos culturas, la visión de Christian, la "big history", reúne la historia natural y la historia humana en una narración única y grandiosa. Un verdadero tour de force y, al menos para mí, un excepcional descubrimiento. Se lo recomiendo encarecidamente: es una peculiar "historia para científicos".

Y, no se preocupen, volveremos pronto a ese matemático-estadístico buen autor de ciencia ficción que es Michael Flynn. Quien avisa no es traidor.

Para leer:

Ensayo
- Mapas del tiempo: una introducción a la "Gran Historia". David Christian. Barcelona. Crítica. 2005.

Ficción
- En el país de los ciegos. Michael Flynn. Barcelona. Ediciones B. NOVA (núm 169). 2004.

 

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