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61. "La máquina del tiempo" de Herbert G. Wells
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Escrito por Miquel Barceló   
Domingo 01 de Febrero de 2009

En 1888, Herbert G. Wells publicó una primera narración sobre el viaje en el tiempo. Lo hizo en el Science School Journal y su título era "The Chronic Argonauts" (Los argonautas del tiempo). Trataba sobre la invención de una máquina del tiempo por un científico llamado Moses Nebogipfel, quien utilizaba su invento para viajar al pasado y cometer un asesinato.

Algo de esa historia no debía gustarle al mismo Wells, y la narración fue reescrita varias veces hasta que surgió la novela que hoy conocemos: "La máquina del tiempo", publicada en 1895. En ella un ahora innominado Viajero se traslada al futuro (en lugar de viajar al pasado) para constatar personalmente la escisión de la humanidad en dos grandes grupos (o tal vez dos especies derivadas de la humana...): los inútiles y ociosos Elois y los trabajadores y peligrosos Morlocks. Son la nueva versión, modificada por los años, de los burgueses y proletarios de la sociedad que todos conocemos.
 
Con el viaje al futuro, Wells esquivó el complejo problema de las paradojas que el viaje hacia un tiempo pasado puede provocar con la posible alteración de la historia e incluso la anulación de la biografía personal: ¿qué ocurre si viajo al pasado y mato a mi abuela antes de que pueda dar a luz a mi madre? Si, no habiendo existido mi madre, no he de poder llegar a nacer, ¿dé dónde he podido salir para viajar al pasado y matar a esa pobre "abuela"? Paradojas.
 
"La máquina del tiempo" es hoy un clásico indiscutible y una de las muestras de la ciencia ficción más tradicional. En realidad, Wells utilizó y en cierta forma "inventó" a partir de entonces muchos de los temas que la ciencia ficción ha desarrollado después: el viaje por el tiempo, la invisibilidad, la in­vestigación y manipulación biológicas, la invasión extraterrestre, etc.
 
Visión un tanto pesimista de un socialista fabiano de lo que el futuro más lejano nos depara, "La máquina del tiempo" es hoy, aunque la sensibilidad actual pueda haber cambiado ante novelas como las que se escribían a finales del siglo XIX, un clásico indiscutible de la ciencia ficción, uno de esos títulos a los que conviene volver y, tal vez, homenajear. Y así se ha hecho.
 
Cuando en 1995 se cumplían cien años de la aparición de la clásica novela de Wells, un nuevo y brillante escritor británico, Stephen Baxter, publicaba "Las naves del tiempo" (premio John W. Campbell Memorial de 1996), la continuación auto­rizada de "La máquina del tiempo" de Wells.
 
En esta nueva novela, el Viajero del tiempo de Wells despierta en su casa de Richmond la mañana posterior al retorno de su primer viaje al futuro. Apesadumbrado por haber dejado a Weena en manos de los peligrosos Morlock, decide embarcarse en un segundo viaje al año 802.701 para rescatar a su amiga Eloi. Pero al entrar en un futuro distinto y radicalmente cambiado, el Viajero resulta irremediablemente atado a las paradójicas complejidades del viaje a través del tiempo. Acompañado por un Morlock, se encontrará consigo mismo, para ser detenido después por un grupo de viajeros temporales procedentes de un 1938 distinto al que hemos vivido en el cual Inglaterra lleva 24 años en guerra con Alemania. Y, con ello, las aventuras no hacen más que empezar.
 
Lo que en Wells era una sencilla extrapolación sociológica, se convierte en la continuación de Baxter en el relato de las nuevas aventuras del Viajero del tiempo de Wells a la luz de la cien­cia y la ciencia ficción de fines del siglo XX. Un siglo en el cual los conocimientos científicos y las realizaciones tecnológicas han su­perado en mucho las mejores expectativas del siglo XIX. Desde la teoría de la relatividad al descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN, pasando por la mecánica cuántica; y desde la energía nuclear a las tecnologías de la información, pasando por la conquista del espacio; nuestro punto de vista sobre el universo y sobre nosotros mismos ha cambiado y eso es lo que refleja, con gran habilidad y bri­llantez, Stephen Baxter en esta interesante y sugerente novela.
 
Si la obra de Wells iniciaba el tratamiento de un poderoso tema, el del viaje por el tiempo, propio de la ciencia ficción moderna, lo cierto es que Baxter lo ha complementado con paradojas temporales y con una nueva especulación que somete al pobre Viajero de Wells a todos los descubrimientos que la ciencia de la humanidad ha realizado en el siglo transcurrido.
 
Ése es el gran poder de esa brillante literatura especulativa que conocemos como ciencia ficción.
 
Para leer:
 
Ficción
- La máquina del tiempo. Herbert G. Wells. Madrid. Alianza Editorial. 2007. (año de la publicación original: 1895).
- Las naves del tiempo (1995). Stephen Baxter. Barcelona. Ediciones B. NOVA-Éxito (núm 11). 1996.

 

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