Ugliness (Fealdad) - 2005 -
El Teorema de los cuatro colores
En la mitologÃa griega, las Sirenas eran unas hermanas cuyos cánticos atraÃan a los marineros a la muerte en los traicioneros arrecifes. El Teorema de los Cuatro Colores es para los matemáticos lo que la música de las Sirenas era para los marineros de tiempos antiguos. Muchos matemáticos han encallado intentando su demostración.
El problema es engañosamente simple. Tomemos un mapa del mundo, unos pocos lápices de colores y comencemos a colorear los paÃses. Hay una regla: los paÃses colindantes no pueden tener el mismo color. El Teorema de los Cuatro Colores conjetura que el máximo número de colores necesario para rellenar el mapa de este modo, es cuatro.
Es la clase de problema que, para un matemático, tiene el aroma de la simplicidad y la elegancia. Solamente sabes que alguien, en algún lugar, llegará con un método elegante que dará consistencia a la cuestión.
Pero no. En lugar de una elegante demostración, aparece una máquina monstruosa creada por Kenneth Appel y Wolfgang Haken, matemáticos de la Universidad de Illinois, que liquidaron el problema en 1976. Pero en lugar de perspicacia y brillantez (estilo), emplearon la fuerza.
Appel y Haken primero decidieron que podrÃan reducir el nº de posibles mapas, de infinito a justamente 1.936. Entonces verificaron cada uno de los mapas con la teorÃa. La tarea era tan agotadora que necesitaron un ordenador para llevarla a cabo. Incluso entonces, les llevó cientos de horas. En cierto modo, dejaron al ordenador a su aire hasta que proporcionara una respuesta, un método conocido como fuerza bruta.
Muchos matemáticos estuvieron profundamente inquietos por este resultado, porque no ofrecÃa una nueva comprensión del problema, no podÃa comprobarse por un ser humano, y sobre todo, ofendÃa a su sentido estético. Era feo.
Veinte años después, Neil Robertson, Daniel Sanders, Paul Seymour y Robin Thomas presentaron otra demostración que reducÃa el número de mapas a 633, número verificado en un ordenador. La obra propuesta muestra todos ellos. Han sido reproducidos con el amable permiso de Robin Thomas.
La búsqueda de una demostración elegante del Teorema de los Cuatro Colores sigue abierta. Y mientras las demostraciones con apoyo computacional han empezado a ganar aceptación, en gran parte gracias a este teorema, queda la sensación de que la belleza, la elegancia y el conocimiento triunfarán finalmente sobre el horror de una demostración generada por ordenador.