3. (Enero 2014) Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo
Imprimir
Escrito por Ángel Requena Fraile   
Martes 07 de Enero de 2014

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Los jesuitas entendieron prácticamente desde su fundación que una de las cuestiones que no podían descuidar era la educación. Paladines de la contrarreforma, los colegios jesuitas iniciaron su actividad inmersos en plena revolución científica.  Solo nueve años después de la constitución de la orden, en 1548, el jesuita mallorquín Jerónimo Nadal pone en marcha el primer colegio en Mesina. Las matemáticas ocuparan un lugar importante y fue el propio Nidal quien se encarga de impartirlas.

El programa de estudios jesuítico, recogido en las Ratio studiorum Societatis Iesu, propiciado entre otros por el padre Cristóbal Clavius ponía las matemáticas en una posición de privilegio, hasta el punto de que el programa fuera rebajado porque no había tantos padres formados para enseñarla.

Siguiendo la estela del Colegio de Mesina y el Colegio Romano, los colegios de la orden se extienden y antes de finalizar el siglo XVI ya estaban funcionando los colegios portugueses de Lisboa, Coimbra y Évora.

El colegio de Lisboa tuvo una enorme importancia durante siglo y medio para la ciencia astronómica en un país de navegantes. En el Colégio de Santo Antão de la capital se crea el Aula de Esfera, el observatorio astronómico de referencia para Portugal.

El periodo de esplendor de los jesuitas acabó y llegó la decadencia; los informes internos de la orden, en el siglo XVIII, ponían de manifiesto el estado deplorable de los estudios y la necesidad de tomar medidas, en especial con la enseñanza de las matemáticas.

La necesidad de revitalizar los deprimidos colegios coincide con el máximo esplendor de la azulejería portuguesa. No puedo extrañarnos que una de las medidas adoptadas, en laprimera mitad del siglo XVIII, sea decorar los colegios con azulejos de iconografía alegórica a la ciencia. Los azulejos llenaron los zócalos de los colegios de Portugal y Brasil.

En 1759 el reformista Marques de Pombal dictó  la orden de expulsión, Portugal fue el primer país en hacerlo, después le siguen las monarquías de los borbones: Francia y España.  Los colegios sufren diferentes avatares: el de Coimbra fue casi totalmente destruido, el de Évora sigue integro y usado como universidad, y del de Lisboa solo tenemos la fortuna de poder disfrutar de su Aula de Esfera.

En cada aula de la Universidad de Évora coexisten los modernos proyectores con un hermoso púlpito de clases magistrales y bellos zócalos de azulejos. Son de especial interés el Aula de Física y la pequeña de Geometría.

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Los restos del colegio de Lisboa se encuentran escondidos en la biblioteca del gran hospital de San José, al lado de la Plaza del Rossio. El Aula de Esfera es hoy un salón de actos.

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Tanto los azulejos geométricos y astronómicos del Aula de Esfera del Colégio de Santo Antão, en Lisboa, y los de las aulas del Colégio Espírito Sant, en Évora, utilizan las mismas y deliciosas iconografías,  cambian el ejecutor y el tamaño.  Creemos de interés presentar conjuntamente algunas de las escenas representadas. Arriba siempre los de Lisboa.  Empezamos por la leyenda, poco verosímil, de los Espejos Ustorios, usados supuestamente por Arquímedes en la defensa de Siracusa.

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

La Alegoría de la Geometría aparece con angelotes practicando distintas aplicaciones.

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Y otra aplicación de la geometría, la topografía:

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

El mayor tamaño del Aula de Esfera permite escenas de astronomía matemática que no encontramos en Évora:

Azulejos del Colégio Santo Antão versus Colégio Espírito Santo

 
Volver