36. (Mayo 2017) Omnia vincit Amor
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Escrito por Ángel Requena Fraile   
Jueves 04 de Mayo de 2017

Omnia vincit Amor

(El triunfo del amor. Caravaggio. Berlín)

Omnia vincit Amor había sentenciado el gran Publius Vergilius Maro en sus Bucólicas (37 a.C.) cuando glosaba la pasión absorbente y sin esperanza de Galo. El verso 69 de la Égloga X dice:

Omnia vincit Amor et nos cedamus Amori.
(El amor conquista todas las cosas, ríndete al amor)

Los poetas epicúreos como Lucrecio y Horacio advertían, por el contrario, contra esa influencia que apartaba a las personas de la vida modesta y sosegada del carpe diem.

Será Michelangelo Merisi da Caravaggio, en plena madurez creativa, quien en 1602 dará la forma iconográfica más provocadora al amor convirtiéndolo en un modelo que fue imitado por otros artistas manieristas y barrocos. La alegoría plasma con fuerza, y de forma inquietante, la poderosa victoria del amor sobre todo lo que se le oponga.

Cupido deja de ser una figura infantil para convertirse en un joven mórbido realzado por el claroscuro. Eros pisotea los emblemas del poder, las artes y las ciencias. Un compás abierto y una escuadra ponen de manifiesto que también la matemática puede ser vencida por el amor.

Thomas Mann planteó en La montaña mágica que la matemática era buen remedio para la concupiscencia. Parece que Virgilio y Caravaggio no estaban de acuerdo con el novelista y no admitían excepciones.

El barroco nos ofrece muchas muestras representativas de lo superfluo de los anhelos de los hombres en sus Vanitas. En las “vanidades” se hace patente la piedad barroca y nos aportan muchas imágenes matemáticas. Caravaggio lo entiende de otra forma, lo invierte: entre todas las pasiones humanas hay una más fuerte que todas, incluso produce desenfreno: se trata de la pasión amorosa. No se representa el más leve rastro de recogimiento, solo culto a la vida.

Una Alegoría de la Vanidad como la de Valdés Leal presenta la versión opuesta con iconografía similar: el compás, la escuadra y la esfera armilar son pura vanidad humana y no objetos derrotados por el amor.

Omnia vincit Amor

(Alegoría de la Vanidad. Valdés Leal. Wadsworth Atheneum)

Mucha tinta académica y no académica se ha derramado sobre el supuesto erotismo de la pintura. Algo que no era evidente para la generación del Caravaggio. Las interpretaciones se suelen hacer mucho más por mirar con ojos del presente que con los de la época.

El pintor holandés, afincado en Amberes, Thomas Willeboirts Bosschaert (1613 –1654) realizó varias versiones del tema. Elegimos la tela del Museo Nacional de Suecia en Estocolmo por la riqueza de instrumentos matemáticos.

Eros se nos muestra triunfante sobre los despojos del poder, las artes y las ciencias, una vez derrotados. A nuestra derecha descansan el astrolabio, el compás, el globo terráqueo, y un transportador angular, todos lujosos instrumentos que muestran la extensión de la actividad matemática. Los pintores eran vanguardia de la actividad geométrica y no dejaron de plasmar los instrumentos a la más mínima oportunidad.

Omnia vincit Amor

(El triunfo del amor. Willeboirts Bosschaert. Estocolmo)

El Museo Lázaro Galdiano de Madrid tiene una pintura gemela pero más pobre en instrumentos.

Giovanni Baglione, pintor de éxito y contemporáneo de Caravaggio, entró en polémica con dos cuadros sobre las diferencias entre el amor sacro y el profano. Uno de ellos tiene los mismos elementos: el compás, la escuadra y los libros, que son pisoteados por el amor profano triunfante.

Omnia vincit Amor

(Amor sacro y amor profano. Giovanni Baglione.  Berlín)

La fuerza de las imágenes del joven que se impone a todos los poderes, sean militares religiosos o matemáticos hace que el tema se represente una y otra vez. Se conocen dos versiones de Astolfo Petrazzi, una en Atenas (Galeria Nacional) y otra en Roma (Palacio Barberini).

El mercado del arte es otro lugar para localizar triunfos del amor: en 2009 salió a subasta otra versión similar del Maestro dei Giocatori.

Omnia vincit Amor

(Triunfo del amor. Astolfo Petrazzi. Atenas)

Omnia vincit Amor

(Triunfo del amor. Astolfo Petrazzi.  Roma)

Omnia vincit Amor

(Omnia vincit Amor.
Maestro dei Giocatori)

Visiones opuestas

Las “vanidades” son muestra de un punto de vista que arrincona a las matemáticas, pero también encontramos reivindicaciones y defensas. Una muestra es el Friso de las Artes Liberales y Mecánicas de Il Giorgione. Un esplendido fresco decorativo de casi dieciséis metros de largo que se encuentra en la Casa Palacio Pellizzari de Castelfranco, villa natal del pintor.  En el Museo Giorgione es la virtud la que siempre vence:

Omnia vincit Amor

(Friso de las Artes Liberales y Mecánicas Il Giorgione. Castelfranco)

Otra curiosa representación barroca flamenca la encontramos en un escritorio del Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Minerva, alegoría de las ciencias y otros personajes expulsan a Venus y Cupido del lugar de estudio. Los instrumentos matemáticos aparecen al fondo sobre una mesa de trabajo.

Omnia vincit Amor

(Expulsión de Venus y Cupido. Escritorio del Museo Lázaro  Galdiano. Madrid)

 
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