61. (Marzo 2020) Los sabios matemáticos de Luca Giordano
Imprimir
Escrito por Ángel Requena Fraile   
Martes 03 de Marzo de 2020

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. ArquímedesGalería Gemälde. Berlín)

El prolífico pintor napolitano Luca Giordano (1634 – 1705) aprendió con Ribera el arte del claroscuro y la representación de los filósofos griegos como sabios matemáticos. La pobreza, el abandono del mundo, cierta enajenación y la risa, casi carnavalesca, se convierten en atributos de sabiduría. La inmutabilidad y las certezas matemáticas serán la dedicación preferente de estos sabios.

Giordano llega aún más allá que su maestro en la expresión barroca de la vanidad del mundo. En las muchas Vanitas se desprecian las riquezas, los honores, las armas, las tiaras y la ciencia: en los filósofos de Giordano y Ribera se busca amparo en la matemática, que incluye la astronomía y la astrología.

Giordano representa matemáticos y astrónomos en muchos de sus grandes frescos de bóvedas pero son más convencionales que sus tenebristas filósofos. Los personajes que sirvieron de modelo se repiten en diferentes museos e incluso se hacen copias iguales o parciales de un mismo cuadro.

Arquímedes, Euclides y Demócrito son representados como matemáticos que fueron, pero sorprende que los filósofos cínicos y escépticos como Zenón, Diógenes o Crates de Tebas también se concentren en la actividad matemática.

Los filósofos de Giordano se encuentran repartidos en muchos museos y en colecciones particulares; incluso hay alguno mal catalogado. Nos limitamos a referenciar algunos como muestra significativa.

Arquímedes y Euclides en Berlín

Luca Giordano, Jordán en España, continuó la tradición de su maestro José Ribera de representar la sabiduría mediante filósofos de pobre vestimenta, que renuncian a las veleidades del mundo, de exaltación mística, y con atributos matemáticos y astrológicos.

La Galería Gemälde de Berlín tiene dos “giordanos”: un Euclides sujetando una carta astrológica en una mano y un Arquímedes con un escrito matemático y portando una vasija cóncava orientada al Sol.

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. EuclidesGalería Gemälde. Berlín)

El modelo usado para Arquímedes es un viejo seco de nubosa barba, que debió gustarle mucho al pintor pues lo hemos encontrado en varias posiciones y actitudes. El dorado cuenco cóncavo parece dirigir y concentrar la luz que recibe, como si Giordano quisiera representar el momento de inspiración del siracusano que dará lugar a la leyenda de los espejos cuyos rayos quemarían la armada romana de Marcelo.

También la figura de Euclides repite modelo e incluso forma; en Padua hay una réplica exacta del primer plano.

Los claroscuros de matemático misticismo nos muestran una de las vertientes más consecuentes del espíritu barroco.

Arquímedes en Padua

El museo cívico de los Eremitani de Padua exhibe en la misma sala cuatro pinturas de Luca Giordano: tres filósofos matemáticos y otra del santo Job. Resulta interesante contemplarlos juntos porque salvo en el simbolismo de los accesorios no hay diferencias conceptuales. Entre el santo que vive con alegría la pobreza y los filósofos que desprecian el mundo hay una misma forma de entender la existencia.

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. ArquímedesMuseo de los Eremitani. Padua)

La piedad barroca en su expresión plástica extrema se manifiesta en formas diversas como vanidades, danzas macabras (tipo Valdés Leal), santos marginales y en estos sabios que van del éxtasis a la burla.

Lucas Jordán toma de su maestro Ribera una temática dirigida a un nuevo público, más laico pero con sensibilidad plenamente barroca, que decora sus estudios o despachos con filósofos. Los símbolos matemáticos y el tenebrismo plástico son muy patentes.

El Arquímedes de Padua se encuentra en plena contemplación de los cielos, en estado de inspiración, incluso podría pasar por un místico. El modelo es el mismo de Berlín.

Jordán encontró un buen motivo comercial pues de su taller salen muchos filósofos. No me resisto a colocar más abajo otro de sus sabios que se encuentra en Senlis, al norte de París, que utiliza el mismo personaje: anciano huesudo, barba descuidada, nariz aguileña y pelo recogido. El francés trabaja con un manuscrito mientras el paduano lo hace con un globo. La figura de Senlis tiene menos fuerza por realizar solo un trabajo de la mente, mientras que el italiano está dotado de panteísmo cósmico. Parece muy sugerente la comparación de la misma figura en dos poses.

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. Arquímedes. Museo de Bellas Artes.  Senlis)

Demócrito en Brescia

La herencia del pintor de Xàtiva afincado en Nápoles –José Ribera- se pone de manifiesto en su discípulo Luca Giordano extremando más si cabe su barroquismo. Como muestra: este impresionante retrato de Demócrito, el filósofo matemático padre del materialismo.

Como en los retratos de Ribera -y otros que le siguen- la figura del sabio va asociada a la pobreza, el abandono del cuerpo, la concentración mental, el alejamiento y el desprecio del mundo. La característica del atomista es además la risa, Demócrito es el filósofo que ríe. Risa que no sabemos si es ironía, condescendencia o enajenación.

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. Demócrito. Pinacoteca Tosio Montinegro. Brescia)

Cuerpo semidesnudo con trapos que sirven para portar los escritos que a juzgar por el que lleva en la mano son astrológicos: horóscopos. Los horóscopos se representan mediante tres cuadrados anidados de forma que el vértice de uno se sitúa en la mitad del lado del otro.

Astrónomo, astrólogo y matemático han sido términos casi indistinguibles hasta el siglo XVII, siendo Kepler quizá la culminación y disolución de esa figura múltiple.

La pintura de Giordano se conserva en la pinacoteca Tosio Montinegro de Brescia. Por obras de restauración el museo municipal se cerró en el 2009, dando paso al nuevo gran museo arqueológico donde no se exponen estas obras.

Los filósofos naturales del Louvre

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. Filósofo. Museo del Louvre. París)

La pintura española barroca abarca mucho más que santos y reyes. Los personajes cotidianos y la pobreza de la sociedad se filtran a través de la pintura en distintas formas. En Murillo la sociedad miserable se nos muestra con una infancia descarnada, mientras que en Velázquez y sobre todo en Ribera contemplamos una galería de seres llamados filósofos cuya pobre vestimenta encierra una mente lúcida, en la mayoría de los casos un matemático o un filósofo natural, indistinguibles en la época.

El napolitano Luca Giordano recorre hasta el final, el camino de su maestro Ribera: sus filósofos matemáticos son los más provocadores que la pintura puede mostrar. La piedad barroca no tiene forma de vanidad sino de renuncia, de abandono del cuerpo,… la vida científica se hace mística.

En el Museo del Louvre se exhibe una colección de cuatro filósofos de Giordano; he elegido el que usa el compás por ser el más inequívoco de lo que el pintor entiende por filosofía.

El Astrónomo de Chambéry

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. Astrónomo. Museo de Bellas Artes. Chambéry)

Chambéry fue la capital histórica del Ducado de Saboya hasta 1563 cuando se trasladó a Turín, al otro lado de los Alpes. La ciudad dispone de un interesante casco antiguo en la falda del castillo y un pequeño Museo de Bellas Artes.

En el Museo de Chambéry encontramos un Astrónomo de Luca Giordano que sigue el patrón barroco marcado por Ribera de retirada del mundo vano. Los astrónomos se prestan al ideal ascético y contemplativo. Su mirada a los cielos bien podía ser el de un místico si no fuera por los instrumentos y apuntes matemáticos.

Una esfera celeste soportada por un brazo y un compás casi oculto en la otra mano dan cuenta de que los cielos están siendo observados con disciplina. Los manuscritos geométricos confirman las previsiones calculadas.

La sabía miseria de Crates en el Palacio Barberini de Roma

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. Crates. Palazzo Barberini. Roma)

Crates de Tebas es quizá el sabio que más se presta al ideal barroco de abandono de las vanas preocupaciones del mundo: hasta el tonel de su maestro Diógenes de Sinope le parecía superfluo como vivienda.

Pese al miserable modo de vida de Crates, cuenta Diógenes Laercio, que atrajo y convivió con la joven Hiparquía, una de las primeras filósofas reivindicativas de la igualdad: ¿Crees que he hecho mal en consagrar al estudio el tiempo que, por mi sexo, debería haber perdido como tejedora?

Al Crates de Giordano en el Palazzo Barberini le falta ropa pero no el compás de su cintura. La actividad geométrica forma parte de la caracterización del sabio. La persona que sirve de modelo es la misma del Demócrito de Brescia.

Arquímedes en Chenonceau

En los castillos del Loira nos podemos encontrar con más de lo que buscamos: un Arquímedes atribuido a Zurbarán en la cámara de Francisco I.

En la iglesias y monasterios se encuentra una gran obra pictórica pero la lógica tendencia es la de representar escenas piadosas, afortunadamente con muchas excepciones, mientras que en los palacios y los edificios civiles abundan los retratos, y en los studiolos o bibliotecas dominan las representaciones de las ciencias.

Los sabios matemáticos de Luca Giordano

(Luca Giordano. Arquímedes. Castillo de Chenonceau)

Desconocemos si el gran pintor de los frailes y de la mística barroca no se resistió a la representación de sabios y filósofos, pero la pintura de Chenonceau no salió de los pinceles del extremeño.

La pintura está catalogada como de Zurbarán, y su temática está más próxima a Ribera, pero el modelo del personaje es uno de los utilizados por Luca Giordano, discípulo de El Españoleto y que reinterpreta su serie de filósofos matemáticos.

Arquímedes desenrolla un pergamino para explicarnos su obra llena de figuras geométricas. La figura usada como modelo es la misma del “Demócrito” de Brescia o el “Crates” del Palacio Barberini.

 
Volver