El sentido común y la sensibilidad común
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La Vanguardia, 7 de Mayo de 1999
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CARTAS DE LOS LECTORES
JORGE WAGENSBERG Si el dilema de cuándo empieza el milenio fuera trivial, no estaríamos ahora hablando de él, ni resurgiría el mismo apasionado debate cada fin de siglo, ni Stephen Jay Gould lo consideraría irresoluble, ni le habría dedicado un capítulo de un libro y, probablemente, tampoco se habría inventado el cero en matemáticas para empezar a contar. Pero lo que Gould menciona como irresoluble es la reconciliación del sentido común (el cambio es en el inicio del 2001 porque han de transcurrir dos mil años), con la sensibilidad común (el cambio es en el inicio del 2000 porque es más bonito, aunque sólo hayamos esperado 1999 años).
Todo se puede celebrar, pero, por mucho que apriete la sensibilidad popular, noventa y nueve años jamás lograrán ser cien. Eso no es "alta cultura" como afirma el amigo Vila-Sanjuán, sino aritmética elemental. Para arreglar las cosas, Gould propone borrar del calendario un año de la lejana primera década (nadie lo va a notar). A una autoridad mundial de la ciencia también se le escapan chistes malos. A mí me parece, en cambio, que cada fin de siglo nos brinda una oportunidad para acercar la lógica a la estética con un poco de aritmética. Le agradezco la mía a Sergio Vila-Sanjuán.
JORGE WAGENSBERG
Director del Museu de la Ciència Barcelona

 
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