166. El conocimiento, ¿es poder?
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Escrito por Alfonso Jesús Población Sáez   
Lunes 13 de Diciembre de 2021

Acercándonos a un periodo vacacional, en el que teóricamente disponemos de más tiempo para hacer actividades menos usuales, puede ser propicio dedicar algunos minutos a la reflexión, guiados por una película atípicamente poco comercial.

El conocimiento, ¿es poder?Ficha Técnica:

Título: Senderos de la mente. Título Original: Mindwalk. Nacionalidad: EE. UU., 1990. Dirección: Bernt Amadeus Capra. Guion: Floyd Byars y Fritjof Capra, basado en el libro The Turning Point, de Bernt Amadeus Capra. Fotografía: Karl Kases, en Color. Montaje: Jean Claude Piroué. Música: Philip Glass. Producción: Adrianna A.J. Cohen. Duración: 112 min.

Ficha artística:

Intérpretes: Liv Ullmann (Sonia Hoffman), Sam Waterston (Jack Edwards), John Heard (Thomas Harriman), Ione Skye (Kit Hoffman), Emmanuel Montes (Romain), Jean Boursin (Sacristán), Gabrielle Danchick (Guia turística), Jeanne Van Phue (Turista), Penny White (Turista).

Argumento

Jack Edwards es un político norteamericano en horas bajas que se siente completamente bloqueado ante los resultados electorales. Tratando de cambiar el chip, telefonea a un amigo periodista que fue colaborador suyo en campañas electorales en el pasado. Éste le propone que pase unos días junto a él en la región francesa de Normandía, a los pies del Monte de Saint-Michel (de lo cual se arrepiente a los dos minutos, recordando su forma de ser). Una típica visita turística los hará coincidir con una física en año sabático. El encuentro hará plantearse a cada uno aspectos de su vida personal artificialmente cerrados.

Comentario

En esta ocasión no vamos a encontrar matemáticas explícitas (miento: se menciona y enuncia el teorema de Pitágoras), pero sí un montón de referencias a matemáticos y físicos, y su aportación a la forma de entender el mundo, y cómo su visión modificó la del resto de la humanidad. Llegué a esta película preparando una reciente charla sobre Matemáticas, Filosofía y Cine, en el Salón de Actos del Museo Patio Herreriano de Valladolid, a la que gentilmente fui invitado por la organización del Festival Valladolid Piensa,  aunque finalmente no incluí ninguna de sus escenas en la presentación. Me resultó complicado seleccionar un momento concreto, ya que toda la película de inicio a fin proporciona momentos interesantes que comentar, y hubiera necesitado una hora más, dada la cantidad de escenas que ya tenía seleccionadas. En cualquier caso, la película aparece íntegramente en el siguiente enlace, subtitulada, ya que está en versión original (lo que es de agradecer en determinados momentos, aunque, en general está bastante fielmente traducida).

Aunque la película va recorriendo a lo largo de un día diversos puntos de la abadia del Monte de Saint Michel (el islote y la bahía fueron declarados patrimonio de la humanidad en el año 1979, siendo un lugar espectacular para visitar), lo cierto es que perfectamente podía haberse rodado en una sala cerrada con los tres personajes principales, ya que sobre ellos recae todo el desarrollo del metraje. No obstante, el director ha seleccionado perfectamente los rincones del lugar para introducir los temas que abordan (el reloj y su engranaje para el universo mecanicista de Descartes, la cámara de tortura para el pensamiento de Francis Bacon, el uso de la luz en otras estancias con Isaac Newton, etc.). Como suele ser habitual en este tipo de obras, la tesis defendida por cada personaje es cuestionada por los otros (en este caso, uno de ellos, las pocas veces que define su pensamiento, toma partido siempre por la perspectiva de otro de ellos), produciendose un fecundo intercambio de ideas, todas ellas bastante bien traidas, que además tienen un perfecto reflejo en nuestra sociedad actual, en nuestro modo de vida.

El conocimiento, ¿es poder?

Por supuesto no se da por finalizada ninguna de las cuestiones (en la mayor parte de las ocasiones no es posible), sino que como los que las exponen, el espectador tomará partido por unas u otras. Probablemente haya un sesgo hacia la parte científica frente a la visión del político, no se puede negar, e incluso de la primera frente a la “idilica” visión poética del periodista (al menos eso es lo que me ha parecido a mí), pero los diálogos intentan contrarrestar de una u otra manera todas las perspectivas para que al final pueda declararse un “empate a los puntos” (por supuesto, no para los que estén plenamente convencidos de alguna de las posturas).

El conocimiento, ¿es poder?No piense el lector que todo es absolutamente filosófico-teórico (el inicio comienza de ese modo, con la postura mecanicista frente a la teológica). Como hemos indicado llega un momento en el que se plantean temas polémicos de plena actualidad como el control de natalidad, el cambio de hábitos como freno al cambio climático (obsérvese que la película es de 1990, y ya se veía este problema como uno de los más relevantes al que hacer frente; sin embargo, aquí seguimos, haciendo nada al respecto), el reemplazo de Dios por el cientifismo, ¿es lícito arrasar los bosques amazónicos para saldar la deuda del país?, ¿es la medicina actual un negocio?, la nueva visión de la llamada teoría de sistemas (concebir todo el Universo como un todo uniforme), entre otros. En la imagen, el libro en el que se basa, cuyo título, El punto crucial, es bastante gráfico, aunque, desde un punto de vista matemático, hubieramos puesto El punto de inflexión.

En suma, una propuesta de cine diferente (por momentos cercano al documental) para el que hay que estar advertido y preparado (el que espere cualquier tipo de acción comercialona de pegolete, tipo tortazos, cuernos, persecuciones, etc., claramente que se abstenga), y seguramente dosifique su visionado en varias tandas porque lo que prima es claramente el diálogo y la reflexión. Obviamente al que le gusten este tipo de propuestas, seguramente se le hará corta y le parecerá magnífica.

Y por supuesto, nuestro más fraternal saludo para estos días que, indefectiblemente para algunos, y anheladamente para otros, se aproximan. 2022 está ya llamando a la puerta.

 
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