19. (Septiembre 2008) Frigoriferi dell’altro mondo (Frigorífico de otro mundo)
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Escrito por Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)   
Lunes 01 de Septiembre de 2008

Compañía “Uno su epsilon alla settima”

Idea y texto: Gianluca Bande, Renzo Caddeo, Giancarlo Demontis, Stefano Montaldo, Monica Musio e Paola Piu
Actores: Gianluca Bande (Fernand), Stefano Montaldo (profesor) y Monica Musio (habitante de la cuarta dimensión)
Realización y montaje del video: Fabrizio Aroni
Grabación del video de la lección: Ennio Madau
Dirección: Giancarlo Demontis

La compañía teatral Uno su epsilon alla settima se creó en otoño de 2007, a partir de un encuentro realizado por algunos investigadores del Departamento de Matemáticas e Informática de la Universidad de Cagliari y un operador teatral, con el propósito de realizar un espectáculo teatral con contenido científico. Los matemáticos que forman parte de esta compañía se dedican desde hace años a actividades de difusión de la cultura matemática. Frigoriferi dell’altro mondo es el primer experimento de la compañía para llevar a escena una breve obra teatral que habla de matemáticas. Se entrenó en diciembre de 2007, en el marco del concurso “Sardegna teatro in.corto 2007” y posteriormente se ha representado, entre otros,  en abril de 2008 como parte de las actividades de la semana Do you play mathematics? celebrada en la Cittadella dei Musei en Cagliari (Italia).
Como los propios creadores escriben en el anuncio de la obra: “El espectáculo tiene como idea central la matemática en uno de sus aspectos más intrigantes: la dimensión del espacio ambiente  y su implicación en nuestra percepción de la realidad. Vivimos en la tercera dimensión, pero ¿llegamos a percibir “sólo” la tercera dimensión? Este es el dilema que el protagonista deberá afrontar”.
Nuestra percepción de la realidad se limita a las tres dimensiones en las que vivimos. ¿Podríamos detectar un objeto de la cuarta dimensión que entrara en nuestro mundo? ¿Asistiríamos ineludiblemente a fenómenos insólitos? El protagonista de esta historia presencia precisamente un incidente de este tipo, y no entiende lo que sus sentidos le transmiten… ¿qué sucede cuando abre la puerta del frigorífico para coger un trozo de pastel?

Comienza la obra con la aparición en escena del profesor y Fernand que le está ayudando a prepararse para dar su clase.
En el escenario, de fondo blanco, aparecen tan sólo una lámpara y un objeto tapado con una cortina (a la izquierda) y una silla con diversos objetos (la chaqueta del profesor, etc.), algunas cajas en el suelo y detrás de ellos una nevera (a la derecha).
El profesor está leyendo un libro, enciende la lámpara y comienza a leer en alto: se trata de “El mito de la caverna” de Platón. El docente enfoca la lámpara sobre el fondo del escenario. Fernand le pregunta si está leyendo algo de Shakespeare: el profesor, irónico, responde que está leyendo a Platón  para preparar su clase.

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El profesor desaparece de escena y Fernand comienza a hacer sombras sobre la pared al ritmo de la música, con sus manos y su cuerpo. Se acerca a la nevera que está a la derecha del escenario, la abre, coge un trozo de pastel y continúa con sus sombras chinescas. La música se detiene, abre de nuevo la nevera para coger algo que comer y oye la voy del profesor que está impartiendo su lección…
Fernand se acerca al monitor tapado que hay en escena, y allí ve al profesor que está comentando como la mayoría de la gente cree que el mundo que ve es el único posible, porque de este modo se cree protegida y segura. El docente pide a sus alumnos que imaginen un mundo de cuatro dimensiones... se ve a los estudiantes en sus pupitres, y entre ellos,… Fernand divisa a una bella y enigmática mujer vestida de rojo.

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Comienza de nuevo a sonar la música, una mujer canta. El profesor continúa explicando su lección, comentando como se vería un cubo de la tercera dimensión en un mundo plano (habla de “Flatland”, en alusión al libro de Edwin A. Abbott): el sol de la dimensión 3 proyectaría la sombra del cubo sobre Flatland, que es lo único que verían los “flatlanders”.
Fernand, mientras se sigue viendo la lección en el monitor, pasea por la escena una superficie de Dini y una banda de Möbius, que cuelga y deja en movimiento cerca de este monitor.
El profesor continúa razonando como el sol del mundo 4-dimensional, invisible para nosotros los habitantes de un mundo de dimensión 3, al iluminar un hipercubo, nos permitiría apreciar tan sólo su sombra, su proyección sobre nuestro universo de tres dimensiones.
Y el docente insiste: un habitante de la dimensión 3 podría robar un diamante metido en una caja fuerte de Flatland, porque no le haría falta abrir la caja para acceder a él. Del mismo modo, un habitante de la cuarta dimensión podría entrar en nuestra casa, enredar en nuestras cosas y… robar algo metido en el frigorífico.
En ese momento, Fernand ve a la enigmática mujer en el monitor, sentada en el aula, con un trozo de comida en la mano. El joven corre hacia el frigorífico, y dentro está la mujer de rojo con un trozo de pastel, que cede a Fernand. Éste cierra la puerta de la nevera, sobresaltado, sin entender que es lo que sucede, y al volver a abrirla, sólo queda el vestido rojo en el frigorífico.

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De repente, una voz de mujer comienza a hablar sobre Flatland. Comienzan a proyectarse imágenes sobre el fondo del escenario, imitando a esas proyecciones de objetos de la cuarta dimensión de las que hablaba el profesor; la música aumenta su intensidad, las imágenes se suceden cada vez a mayor velocidad: el conjunto de Mandelbrot, imágenes del aula, luces, fractales, de nuevo la clase, un aparente viaje estelar,...

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La velocidad de proyección empieza a disminuir, la música se suaviza... Fernand desaparece del escenario, y reaparece al cabo de un rato, en una última y sorprendente escena, dentro del frigorífico y vestido de rojo…

 
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