36. (Marzo 2010) Le Crâne et la Mécanique ou La double vie d’Ada Lovelace, de Lo glasman
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Escrito por Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)   
Lunes 01 de Marzo de 2010

La crâne et la Mécanique (subtitulada La double vie d’Ada Lovelace)[1] es un espectáculo musical –creado por Lo glasman y representado por la compañía teatral Les Passeurs d’Ondes– que trata de la situación de las mujeres en ciencia y de la evolución en el conocimiento del funcionamiento del cerebro.

La crâne et la Mécanique (subtitulada La double vie d’Ada Lovelace)

La obra enfrenta a un personaje femenino –Ada Byron, hija del poeta Lord Byron y célebre matemática inglesa autora del primer programa informático– y a un personaje masculino –el Dr. Deville,  ferviente defensor de la frenología–. El espectáculo habla sobre los estereotipos masculinos y femeninos, y conduce a una reflexión sobre la perversidad que supone la utilización de la ciencia como una  herramienta para justificar algunos prejuicios sociales. ¿Existen razones objetivas y neurológicas que expliquen las diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres?

La obra tiene cinco personajes: Augusta Ada Byron King (condesa de Lovelace), El Dr. Deville (frenólogo), Janet (doncella de Ada), Ada adolescente y la tutora de Ada.

La acción se desarrolla en dos épocas diferentes, que se entremezclan continuamente: la adolescencia de Ada –enero de 1828, etapa en la que la protagonista se asfixia bajo el yugo de una educación opresiva, e inventa una máquina voladora para ir en búsqueda de su madre, a la que extraña por sus prolongadas ausencias–  y el periodo de Ada con el frenólogo –1841, momento en el que Ada no consigue centrarse en su trabajo en colaboración con el matemático Charles Babbage, inventor de una máquina calculadora que ella piensa que es capaz de controlar–.

En la introducción del libreto de la obra, el propio Lo glasman indica que el personaje de Augusta Ada Byron King es doble: las dos actrices (adolescente y adulta) que interpretan a Ada aparecen por turnos en modo Ada (obediente y conformista) o en modo Augusta (rebelde y reivindicativa); incluso a veces las dos identidades aparecen entremezcladas. Cuando las dos personalidades discuten, Augusta se manifiesta siempre con la mano izquierda; la mano derecha es el baluarte de Ada.  En el caso de Ada adulta, el lado izquierdo –el modo Augusta– ya está paralizado.

La obra comienza con el Dr. Deville introduciendo un caso sorprendente con el que él comenta que se cruzó a lo largo de su carrera: el de Ada Augusta Byron King, de la que habla como de una persona con identidad trastornada, con personalidad doble. El Dr. Deville explica que en aquella época Ada trabajaba en colaboración con el matemático Charles Babbage y se había obsesionado con la extraña idea de enseñar a pensar a las máquinas.  El médico comenta que tras una violenta discusión con Babbage –por un problema de paternidad intelectual– Ada tuvo una crisis, como las que ya había padecido en su adolescencia... y comienza la obra.

Se describe brevemente la acción, destacando algunas de las referencias matemáticas.

(1841) Ada está sentada leyendo, manifiestamente disgustada, un manuscrito de Babbage, con la mano izquierda escondida. El matemático quiere añadir un apéndice a su trabajo sobre la máquina calculadora en colaboración con Ada, con lo que ella quedaría en una posición relagada. En un momento dado, la mano izquierda (modo Augusta) comienza a moverse, y lanza –aparentemente sin la intervención de Ada– el manuscrito a otro lado de la escena. Esta situación se repite en varias ocasiones.

(1828) Ada tiene 14 años, y enfadada, tira juguetes por el suelo; su tutora le riñe... Cuando ésta se va, Ada agarra su mano izquierda (modo Augusta) con su mano derecha (modo Ada) y comienza  hablarle.

escena de La crâne et la Mécanique

(1841) Ada explica a su doncella Janet las maravillas de la máquina calculadora en la que está trabajando[2]:

Mais celle-ci, la machine analytique, celle dont vous avez les plans sous les yeux, au contraire peut effectuer n’importe quel calcul dans n’importe quel sens. Et tout garder en mémoire. Utiliser ces résultats pour faire de nouveaux calculs. Vous vous rendez compte ? De cette manière, elle peut tout calculer, c’est sans fin [...] Ainsi la machine n’obéit-elle plus seulement à un ordre de calcul, comme pourrait le faire un animal savant, mais à une séquence d’ordres, un programme d’une taille virtuellement infinie... Vous avez sous les yeux une machine à obéir. L’obéissance absolue.

El Dr. Deville ha llegado y explica las maravillas de la frenología, según él la verdadera ciencia de la acción nerviosa. Mientras el médico habla, Ada se transforma en Augusta, su mano izquierda, su doble diabólica, que se revuelve contra los disparates que está escuchando.

escena de La crâne et la Mécanique

Ada, se queda sola en escena, y Augusta le recrimina su comportamiento sumiso frente a Babagge[3]:

Oui, l’ambition de te faire marcher sur la tête encore une fois, c’est cela?
DEUX ANS!! DEUX ANS de travail pour en arriver là! DEUX ANS de réflexion, de sueur pour qu’il vienne tout gâcher avec son addendum pleurnichard! Et tu sais très bien ce qui va se passer si tu acceptes!
[...] Mais tu préfères te taire, encore une fois! Comme au bon vieux temps! Te faire mettre en serrant les dents, hein? Belle ambition en effet! Joli travail!

Más adelante, entra Janet, a la que Ada explica algunas fórmulas matemáticas[4]:

Janet, écoutez-moi, nous commençons par une fonction simple... prenons la fonction cosinus de x par exemple, on la calcule par approximations successives en faisant la somme pour n, entier naturel, allant de zéro à l’infini, de tous les termes de forme moins un à la puissance n, multiplié par x à la puissance deux n et divisé par la factorielle de 2n, nous sommes d’accord?

ecuación

escena de La crâne et la Mécanique

[...] pour les nombres de Bernoulli, si on s’en tient à la définition classique, c'est-à-dire : cosinus de x est égal à sinus de x divisé par x et multiplié par la somme pour n, entier naturel allant de zéro à l’infini de moins quatre à la puissance n multiplié par B deux n, c'est-à-dire le nombre de Bernoulli numéro n fois deux, multiplié par x puissance deux n et divisé par deux n factorielle, bien sûr.

ecuación

On comprend aisément, quand on développe la formule qu’au bout du compte, regardez:

ecuación

Ou encore:

ecuación

Ada continúa de manera obsesiva[5]:

Ce que je veux vous démontrer c’est que les nombres de Bernoulli doivent se calculer un par un ! Impossible de calculer B4 tant que l’on n’a pas calculé B2 et ainsi de suite, mais pour cela, il faut avoir décortiqué le calcul pas à pas pour donner les instructions à la machine une par une, vous comprenez ? [...]
Oui, l’erreur est humaine.
[...] Cette machine, que nous sommes en train de construire, c’est à cela qu’elle servira. A faire ces calculs sans humains. A faire des calculs sans faire d’erreurs... [...]

(1828) La institutriz critica a Lord Byron, ante una sumisa Ada. La mano izquierda (modo Augusta) pega a Ada y empieza a regañarle por dejarse humillar.

(1841) Se produce un diálogo insultante entre el médico y Ada, en el que Deville argumenta sobre la poca capacidad mental de las mujeres[6]:

- Ada: [...] C’est ma vocation, les mathématiques ! Mon plaisir, ma raison d’être sur terre, ma création, ma poésie, c’est mon talent!
- Deville: Il n’y a tout bonnement pas suffisamment de place dans votre  esprit pour des travaux de mathématiques. Voyez-vous, la forme de votre crâne suggère que vous avez l’Idéalité très développée... [...]... mais votre conformation crânienne ne laisse que peu de place à la logique ou aux raisonnements déductifs...
- Ada: [...] J’ai besoin de terminer ce travail. Je veux poursuivre mes recherches ! Elle doit exister, cette machine, il le faut! Et c’est à moi de lui apprendre à obéir!
- Deville: [...] Un alcoolique devra cesser de boire, vous devrez renoncer aux mathématiques. Ayant vraisemblablement atteint la limite permise par votre esprit. Allons, ce n’est pas si grave, vous vous en remettrez. Vous pouvez faire un tas d’autres choses... je ne sais pas moi... du crochet...

Mientras el frenólogo observa el cráneo de Ada, le dice[7]:

Vous savez, la logique, normalement… ce n’est pas très féminin… la pensée abstraite non plus, d’ailleurs…

(1828) Ada obedece dócilmente a su tutora. Augusta se rebela contra este comportamiento sumiso.

(1841) Deville se va para preparar el material para la trepanación de Ada: decide que es la única manera de atajar sus crisis de cólera, sus ataques de furia.

Ada comenta a Janet los secretos de su adolescencia,  con la compañía casi exclusiva de tutoras y gobernantas. Le explica como pretendían eliminar a Augusta –interpretada por sus preceptoras como la locura del padre instalada en Ada–, la falta de cariño, la ausencia de su madre... y el alivio al regresar su madre para vivir con ella, provocando el cese de las intromisiones perturbadoras de Augusta.

escena de La crâne et la Mécanique

(1828) Ada y Augusta diseñan una máquina voladora: ambas manos –Ada, la derecha y Augusta, la izquierda– colaboran en armonía. Es la primera vez que la adolescente se siente completa, unificada física y psíquicamente. Abre la ventana, que se transforma en máquina voladora, abre los brazos y vuela, feliz y dichosa, para llegar hasta Ada-adulta (1941), prisionera en su silla, esperando la trepanación del Dr. Deville.

escena de La crâne et la Mécanique

Ada-adulta, se lamenta de haber obedecido toda su vida: a su madre, a Babbage, a su esposo... Ada-adolescente libera a Ada-adulta de la cuerda que la mantiene prisionera a merced del frenólogo: con ella estrangulan a Deville, que cae muerto.

 

Agradezco a Lo glasman el haberme facilitado el libreto de la obra y el haberme permitido utilizar toda la información sobre Le Crâne et la Mécanique contenida en la página de la compañía Les Passeurs d’Ondes.



NOTAS:

[1] El Cráneo y la Mecánica o La doble vida de Ada Lovelace

[2] Pero ésta, la máquina analítica, ésta de la que tiene los planos bajo los ojos, al contrario puede efectuar cualquier cálculo en cualquier sentido. Y guardar todo en su memoria. Utilizar estos resultados para realizar nuevos cálculos. ¿Se da cuenta? De esta manera, puede calcular todo, no tiene fin [...] Así la máquina no obedece ya sólo a una orden de cálculo, como podría hacerlo un animal sabio, sino a una sucesión de órdenes, un programa de talla virtualmente infinita... Tiene bajo los ojos una máquina de obedecer. La obediencia absoluta.

[3] Si, la ambición de dejarte pisar una vez más, ¿es eso? ¡¡DOS AÑOS!! ¡DOS AÑOS de trabajo para llegar a este punto! ¡DOS AÑOS de reflexión, de sudor para que venga a estropear todo con su apéndice quejica! ¡Y sabes muy bien lo que va a pasar si aceptas! [...] ¡Pero prefieres callarte de nuevo! ¡Como en los viejos tiempos! Dejarte hacer apretando los dientes ¿no? ¡Bonita ambición, en efecto! ¡Buen trabajo!

[4] Janet, escúcheme, comencemos por una función sencilla... tomemos la función coseno de x por ejemplo, se calcula por aproximaciones sucesivas haciendo la suma para n, entero natural, variando de cero a infinito, de todos los términos de forma menos uno elevado a n, multiplicado por x elevado a 2n y dividido por el factorial de 2n, ¿estamos de acuerdo?

ecuación

[...] para los números de Bernoulli, si nos atenemos a la definición clásica, es decir: coseno de x es igual a seno de x dividido por x y multiplicado por la suma en n, entero natural de cero a infinito, de menos cuatro elevado a n multiplicado por B2n, es decir el número de Bernoulli número 2n, multiplicado por x elevado a 2n y dividido por el factorial de 2n, por supuesto.

ecuación

Se comprende fácilmente , cuando se desarrolla la fórmula al final de la cuenta, mire:

ecuación

O aún:

ecuación

[5] ¡Lo que quiero demostrarle es que los números de Bernoulli deben calcularse uno a uno! Imposible calcular B4 si no se ha calculado B2 y así sucesivamente, pero para ello, es preciso desmenuzar el cálculo paso a paso para dar instrucciones a la máquina una a una, ¿comprende? [...] Si, el error es humano. [...] Esta máquina que estamos construyendo, servirá para eso. Para hacer cálculos sin seres humanos. Para hacer cálculos sin cometer errores... [...]

[6] - Ada: [...] ¡Las matemáticas son mi vocación! ¡Mi placer, mi razón de estar sobre la tierra, mi creación, mi poesía, mi talento!
- Deville: No hay sitio suficiente en su espíritu para trabajos matemáticos. Mire, la forma de su cráneo sugiere que usted tiene la idealidad muy desarrollada... [...]... pero su configuración craneal no deja más que poco lugar a la lógica o a los razonamientos deductivos...
- Ada: [...] Necesito terminar este trabajo. ¡Quiero continuar con mis investigaciones! ¡Esta máquina debe existir, es necesario! ¡Y es mi deber enseñarle a obedecer!
- Deville: [...] Un alcohólico debe dejar de beber, usted deberá renunciar  a las matemáticas. Habiendo alcanzado probablemente el límite permitido por su espíritu. Vamos, no es tan grave, usted se recuperará. Puede usted hacer un montón de cosas diferentes... no se... ganchillo...

[7] Sabe usted, la lógica, normalmente... no es algo muy femenino… el pensamiento abstracto tampoco, por cierto…

 
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