16. (Mayo 2008) Edgardo Mercado: acercando la danza y las matemáticas
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Escrito por Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)   
Jueves 01 de Mayo de 2008

Edgardo Mercado es coreógrafo, bailarín y docente. De su formación (principalmente en Argentina, EEUU y Francia) y su exitosa carrera en el mundo de la danza se puede saber más en este enlace.

Como absoluta profana que soy en el mundo de la danza, la faceta que me interesa destacar de este coreógrafo es la que fusiona su arte con las matemáticas. Antes de volcarse en el mundo de la danza, Edgardo Mercado estudió ciencias físicas e incluso impartió clases de matemáticas de nivel superior. Esta formación científica es la que sin duda le ha llevado a plantear sus coreografías con una especial inspiración matemática, singular y seductora.

Esta reseña trata de su trilogía:

  1. Tierra de Mandelbrot (2004) distinguida con el premio Teatros del Mundo 2005 en el V Festival Internacional de Buenos Aires,
  2. Plano difuso (2006) que recibió el premio especial del Jurado durante el certamen Paradigma Digital, y
  3. Argumentos a favor de la oscuridad (2007).

Agradezco a Edgardo Mercado el haberme hecho llegar los DVD de estas tres obras. A pesar de que él mismo me advirtió que las grabaciones desdibujan muchas sensaciones, debo reconocer que lo que he visto no me ha dejado indiferente.

En las tres obras, y por medio de imágenes incesantemente proyectadas sobre el escenario, aparece la sensación de desintegración: en muchos momentos, sólo se consigue ver parte de los cuerpos de los actores, que se difuminan ante los espectadores.

Edgardo Mercado dice de Tierra de Mandelbrot: “En esta obra no hay narrativa, no hay causa-efecto; solo tres sujetos fractales transformando nuestro modo de mirar, percibir y valorar la realidad dentro del marco del paradigma complejo, regido por el orden-desorden, la recursividad y la autosimilitud.”

Dos luces aparecen en medio de la oscuridad, apenas se perciben trozos de los cuerpos de dos personas que se manifiestan, reptan, giran y desaparecen. Las dos bailarinas, desnudas, se visten con ropas blancas ordenadas de manera geométrica sobre el suelo. Comienzan a proyectarse luces e imágenes: números, códigos de barras, recortes de luz, que estrían, fraccionan y recomponen los cuerpos de las protagonistas. Aparece el violinista, que a veces toca unos acordes que se mezclan con el sonido electrónico grabado, a veces permanece inmóvil en el escenario. Los pequeños cuadrados proyectados sobre los actores provocan un efecto multiplicativo al moverse: las ideas fractales de recursividad y autosimilitud se dejan ver de manera obsesiva. Puede verse un fragmento de esta obra en este enlace.

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En Plano difuso aparece proyectada una casa en el fondo del escenario, un hombre encapuchado parece caminar hacia ella. La imagen de la casa de multiplica y de repente todo desaparece. El bailarín reaparece vestido de blanco; las luces e imágenes proyectadas sobre el escenario transmiten sensación de velocidad, de movimiento, de profundidad. Aparecen unos casilleros proyectados, donde imágenes del bailarín, desde diferentes puntos de vista, se van colocando y evolucionando alrededor del actor. La mezcla de estas imágenes digitales con el cuerpo transmite una sensación de irrealidad.

Un fragmento de esta obra puede verse en este enlace.

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Argumentos a favor de la oscuridad, es un montaje experimental que tiene lugar en un largo y estrecho pasillo del Centro de Experimentación del Teatro Colón. Lo que aprecia el espectador depende de la posición que ocupa en las gradas del teatro: dos puntos de vista diferentes aparecen de un lado u otro del dispositivo escénico.

Cinco bailarinas evolucionan en una escena en donde se abren puertas y ventanas, se proyectan figuras geométricas, enrejados, códigos de barras y textos recortados que permiten apreciar ciertas palabras: galaxia, velocidad, rotacional, gravitacional, Big Bang, etc., que van invadiendo  la escena. Surgen voces susurrando en diversas lenguas, mientras las bailarinas saltan y se deslizan entre continuos cambios de iluminación y de imágenes digitales que las rodean, las hacen transparentes, intangibles, sin rostro.

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En la página web de Edgardo Mercado aparece información completa sobre estas tres obras, con explicaciones del coreógrafo sobre su sentido, recortes de prensa con críticas de expertos teatrales, etc., que sin duda pueden dar una visión mucho más veraz que la escrita en estas líneas por, como he dicho al principio, una absoluta profana en el tema.

En una entrevista concedida a la cronista teatral Laura Papa,  Edgardo Mercado comentaba: La matemática me brinda herramientas, es un camino que tengo más transitado y por lo tanto me sale más naturalmente diseñar espacial y corporalmente en estos términos.

 
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