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El hijo único del uno y la una
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El País, 27 de noviembre de 2001
Comunidad Valencia, Única, pág. 16 - Noticias
FERRAN BONO El hijo único del uno y la una

Juan José Millás presenta en Valencia el libro ilustrado por Forges en el que fabula a partir de los números

Cuenta Juan José Millás que nunca entendió los números, que nunca fue un buen estudiante de matemáticas. Si fue aprobando los cursos fue "por caridad". Años después, cuando su hijo empezó a estudiar los números con él, "le encantó la idea de ser el profesor de su padre", apuntó ayer el escritor en la Fnac de Valencia, en el acto de presentación del libro Números pares, impares e idiotas (editado por Alba y el propio Millás), elaborado junto al dibujante Forges. Y así empezó a fabular aplicando las pautas que han caracterizado muchas de sus novelas y de sus columnas periodísticas: el extrañamiento, con grande dosis de humor absurdo, de las cosas que son aceptadas como normales, cotidianas y lógicas y, por tanto, se tiende a no reparar en ellas, ni a cuestionarlas. Esta vez, han sido los números el objeto de su fabulación. "Los números son inquietantes", afirmó ante un numeroso público que abarrotaba la sala.

Qué pasa con el 4 cuando le restas 1: "¿Ese 3 tendrá memoria de cuando era 4?;
"¿Seguirá teniendo costumbres pares?; ¿Será un 4 mutilado?". Cuestiones de esta índole se iban generaron durante las conversaciones entre el autor valenciano y su hijo, hasta el punto de que el primero empezó a anotar algunas de las fabulaciones sobre las anteriores disquisiciones o sobre las vicisitudes del "hijo único nacido de un 1 y una una", por ejemplo, o sobre la idea de que el 0 fuera, "paradójicamente", el puntal, "el rey del sistema métrico decimal". "Tomaba notas y no sabía por qué", apuntó Millás. Pasaron los años y fue gestando la idea de publicar un libro con todas esas ideas, con esos cuentos de voluntad minimalista inscritos en la tradición fabulística en tanto que están dotados de una enseñanza moral, una carga de profundidad. Al mismo tiempo, pensaba en elaborar un libro "transversal" que pudiera interesar a los padres y a los hijos. Es "una aberración" que se escriba literatura sólo para niños o adolescentes, comentó. Probablemente, éstos últimos no puedan leer el Ulysses, de Joyce, por su compleja formulación, pero sí La metamorfosis, de Kafka, que también es un libro muy complejo pero con una estructura más comprensible, razonó el autor de La soledad era esto. Es "aberración" eso de rebajarse para escribir para niños. "Yo he disfrutado tanto como mis dos hijos leyendo a Roald Dahl, El Principito o Alicia en el país de las maravillas", indicó Millás.

El siguiente paso fue contactar con el dibujante "de mirada ingenua sobre la realidad", Forges, a quien le pareció muy bien la idea. "Cuando nos conocimos me dijo que a su mujer le gustaban mucho mis columnas. Y pasa también que mi mujer siempre me dice: ,has visto la viñeta de Forges". Aquello les unió, ese "menosprecio conyugal", continuó explicando en clave de humor Millás. Forges incluso sugirió algún relato, como el dedicado a un tema que le obsesiona, el infinito, que no es más que la eternidad. Y el fruto de ese entendimiento con el dibujante surgió Números pares, impares e idiotas, que ya va por la segunda edición. No fue un proyecto perfectamente entendido por las grandes editoriales debido a su objetivo "transversal". Millás decidió dirigirse a Alba e iniciarse en el mundo de la coedición, para lo cual ha contado con el diseño de Enric Satué.

 

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