Contra la mirada única |
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El Correo, 13 de noviembre de 2002 IÑAKI ESTEBAN Contra la mirada única ¿Qué es un alemán? Una persona que cuando va a la farmacia para comprar aspirinas se pregunta por el lugar de la aspirina en el mundo. La broma es de uso corriente entre los estudiantes de las facultades de Filosofía, condenados voluntariamente a bregar con gruesos tratados de una escrupulosa ingeniería conceptual firmada casi siempre por algún germano metódico, inasequible la claridad que propugnaba Ortega, por otra parte un germanófilo. Hans Magnus Enzensberger, un bávaro nacido en 1929, es en este sentido muy poco alemán. Su brillante cultivo del ensayo ha tenido una relación más próxima con la tradición francesa. Aparte, se ha permitido la ,frivolidad, de practicar y defender la poesía e incluso de aproximar las matemáticas a los niños. Buena prueba de ello es el libro que estos días llega a las librerías, ,Los elixires de la ciencia, (Anagrama), una llamada de atención para los poetas «perezosos», a los que incita a interesarse por los números endiablados, por las fórmulas químicas y físicas, porque todo ello tiene una raíz común en la creatividad humana. Enzensberger posee una formación que le ha conducido a esas prácticas diversas, siempre puestas en cuestión por académicos monotemáticos y otros especialistas en la minucia. Estudiante de Literatura y Filosofía en las universidades de Friburgo, Hamburgo, Erlangen y Sorbona, todas impecables, se doctoró con una tesis sobre Franz Brentano, el maestro de Husserl e iniciador de la fenomenología. Lo que parecía una carrera enfocada hacia la universidad, cambió de sentido en algún momento y Enzensberger desplegó una frenética actividad como editor, como periodista -sus reportajes recogidos en ,Europa, Europa, son un prodigio-, como poeta, como traductor -por ejemplo, de César Vallejo-, como ensayista que parte de la realidad de los periódicos y la lleva a un nivel de reflexión sorprendente y clarificador. El alemán apostó por la mediocridad de los políticos, no vaya a ser que los delirios de grandeza terminen por imitar los peores episodios históricos. Abordó la inmigración de Africa como una consecuencia de un peculiar ,efecto llamada,: el que ven los jóvenes marroquíes en la publicidad de sus televisores, imágenes de la opulencia que instigan a escapar al sitio donde ésta se produce. Asimismo reflexionó sobre los disturbios de Los Angeles tras el apaleamiento policial de Rodney King, conatos de una guerra civil que se manifiesta en cortos ataques convulsivos, al contrario que los antiguos conflictos bélicos. Su poesía, y en general su labor literaria, se ha asociado a la Bertolt Brecht, por la dimensión de crítica social que la caracteriza, y por la combinación de inteligencia imaginativa y gusto lírico, según dijo George Steiner. Enzensberger pertenece a la primera generación de intelectuales que maduró en la cruda posguerra alemana. En filosofía, esa generación ha dado a Jürgen Habermas, con una obra ya imprescindible y profusamente comentada en todo el planeta. En literatura, Günter Grass se eleva con todo su magisterio y con la fuerza de su voz, síntesis inaudita de personalidad y de contexto social. En todo lo demás, y aun en lo anterior, se halla Enzensberger, el impuro, el activista de izquierda que vivió en La Habana y criticó a Castro, el poeta del hundimiento del Titanic, con todas las resonancias metafóricas que se le puedan hallar a tal naufragio. La concesión del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades ha revelado la enorme sagacidad del jurado. Ojalá que su distinción sirva para acercar al público la obra de este alemán algo afrancesado que profesa un gran amor por García Lorca y por Pasolini. |
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