Mayo 2007: La incorporación de los logaritmos a las matemáticas españolas - La difusión de los logaritmos |
Escrito por Juan Navarro Loidi (Instituto de Bachillerato a distancia de Guipuzkoa) | ||||||||||
Martes 01 de Mayo de 2007 | ||||||||||
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La difusión de los logaritmos Las ventajas prácticas de este descubrimiento hicieron que enseguida se extendiera su conocimiento por toda Europa. En Alemania los difundió Kepler, en los Países Bajos Vlacq, en Italia Cavalieri y en Francia Hérigone y Henrion. En todas esas naciones se comenzaron a publicar textos y tablas de logaritmos en la lengua del país. Salvo Kepler y algún otro autor menor, todos prefirieron los logaritmos decimales de Briggs a los propuestos al comienzo por Neper.
En España durante el siglo XVII no se cultivaron mucho las matemáticas teóricas (artículo). Pero el cálculo, la trigonometría y las matemáticas aplicadas sí que tuvieron bastantes cultivadores porque eran fundamentales en la navegación, la astronomía, el comercio o la milicia y los logaritmos no tardaron mucho en comenzar a ser conocidos. La primera vez que aparecen mencionados en un libro escrito en español es en el prólogo de la edición de los Elementos geometricos de Euclides (Alcalá, 1637) preparada por el ingeniero hidráulico y profesor de fortificación Luis Carduchi (m. 1651) (artículo):
No dice qué libro había traducido. Probablemente fuera el Traité des logarithmes (París, 1627) de Henrion, que fue profesor de matemáticas y ciencias militares como Carduchi. Nunca se llegó a publicar ese libro. En esa década había más matemáticos castellanohablantes que conocían los logaritmos. En México el mercedario Diego Rodríguez que fue ingeniero, arquitecto, fabricante de relojes de sol y catedrático de matemáticas de la Universidad de México escribió una obra titulada De los logaritmos y la aritmética (1639), pero tampoco llegó a publicarla.
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