Mobius Dick es una de las novelas del físico Andrew Crumey como se comentaba al final de la entrada El barco de Möbius.

La historia está centrada en un misterioso hospital de montaña en Escocia. Allí se encuentran el profesor John Ringer y Harry Dick, ingresado con un extraño síndrome que le impide controlar sus recuerdos.

Sus vidas están más relacionadas de lo que creen al principio… como las de  Thomas Mann -se alude a su La montaña Mágica-, de Erwin Schrödinger -que descubrió su famosa ecuación durante su estancia en un sanatorio suizo-, de Herman Melville -el título alude claramente a su Moby Dick- o de Robert Schumann -internado en un sanatorio privado en Endenich (Alemania) hasta su muerte-. Personajes de diferentes épocas se encuentran de manera insospechada.

Sin embargo, ¿qué ocurriría si el viajero no sólo tuviera que regresar al mismo lugar, sino también al mismo momento temporal? ¿Y si al regresar encuentra un universo alterado? Por ejemplo, en privado he pensado en lo que podríamos denominar un universo de Möbius, cuya circunnavegación conduciría a una inversión de la paridad. Un guante de la mano izquierda, lanzado a gran velocidad desde la Tierra, retornaría al cabo de millones de años, o en el mismo momento, como un guante de la mano derecha.
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Míralo más detenidamente -dijo el Otro, mientras se secaba el sudor de su rostro, ahora que la náusea había amainado.- Helen está sentada en la mesa con el libro al lado; pero esta vez observa a la derecha de su plato. Sostiene el tenedor con la mano derecha, y tiene el cuchillo en la izquierda. Las letras de la cubierta están invertidas. Todo -la película entera- avanza al revés, aunque ninguno de los actores pueda advertirlo, puesto que desde su punto de vista no ha cambiado nada. Sólo los espectadores podemos saber qué ha ocurrido. Cuando los finales de la película se enlazan para formar un bucle continuo, se invierten. La película es una tira de Möbius.

CONTRAPORTADA DEL LIBRO

El profesor John Ringer recibe en su teléfono móvil un inesperado mensaje: “Llámame: H.” Su reacción instintiva le lleva a pensar en Helen, una antigua amante de la que sigue enamorado y a la que no ve desde hace años. Pero también podría tratarse de un texto extraviado, de un número equivocado, de un fragmento de la vida de otra persona que por azar se había colado en la suya. En ese caso no tendría ningún sentido buscarle una causa. Suele pasar, uno descubre ciertas coincidencias: que el nobel de literatura Thomas Mann escribió una novela que transcurría en un sanatorio de Suiza y que el nobel de física Schrödinger descubrió la regla fundamental de la mecánica cuántica en un sanatorio Suizo, y se imagina una relación secreta y trata de desentrañarla. Absurdo, ¿Verdad?
Pero, ¿Y si fuera cierto? ¿Y si hubiera relación? ¿Y si alguien estuviera tratando de comunicarse con Ringer? ¿Y si se pudiera relacionar en una misma historia y de forma coherente las vidas de Thomas Mann, de Schrödinger, de Melville, de Schumann y de cualquiera de nosotros? La física cuántica nos da una oportunidad: bastaría con que existieran infinitos universos paralelos para que todo pudiera quedar conectado. Para que incluso dos versiones contradictorias de un mismo hecho pudieran ser reales. La única forma de saberlo pasa por construir una red de computadoras quántum capaces de crear una comunicación global e instantánea. La contrapartida es que una máquina así podría destruir el universo.  [...]

Pero Möbius Dick es también un episodio de la serie Futurama… del que hablaremos en otro momento.

Artículo publicado en el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología (ZTF-FCT) de la Universidad del País Vasco ztfnews.wordpress.com