La escritora Sofía Rhei -de la que hemos hablado en La ciencia poética de Sofía Rhei y Química y poesía- me ha llamado la atención sobre el artículo de The New Yorker, Why Writers Should Learn Math de Alexander Nazaryan.
Los Elementos de Euclides
Entre otras muchas cuestiones, el artículo habla de las pocas escritoras y escritores que se han atrevido a enfrentarse a las ‘temidas matemáticas’ y cuyos textos muestran una especial creatividad: Lewis Carroll, Thomas Pynchon o David Foster Wallace -del que hablamos en la entrada Möbius Strips- son algunos ejemplos.
Se habla de la poesía como un género literario más cercano a las matemáticas que la novela de ficción. Entre las referencias que aparecen, quiero destacar a la poeta Edna St. Vincent Millay y su poema sobre Euclides:
Euclid Alone
Euclid alone has looked on Beauty bare. Let all who prate of Beauty hold their peace, And lay them prone upon the earth and cease To ponder on themselves, the while they stare At nothing, intricately drawn nowhere In shapes of shifting lineage; let geese Gabble and hiss, but heroes seek release From dusty bondage into luminous air. O blinding hour, O holy, terrible day, When first the shaft into his vision shone Of light anatomized! Euclid alone Has looked on Beauty bare. Fortunate they Who, though once only and then but far away, Have heard her massive sandal set on stone.
Euclides, a solas (versión de Silvia Camerotto)
Euclides, a solas, ha contemplado la Belleza desnuda. Callad a todos los que barbotean sobre la Belleza Y déjadlos postrarse sobre la tierra y Alabarse a sí mismos, en el instante en que Miran la nada, enmarañados, en forma de cambiante linaje, Yendo a ninguna parte; dejad que los gansos Graznen y silben, porque los héroes buscan liberarse De la sucia esclavitud hacia el aire luminoso. ¡Oh hora que ciegas, oh sagrado y terrible día, Cuando el rayo, por primera vez, iluminó su visión Con la luz de las formas! Euclides, a solas, Ha contemplado la Belleza desnuda. Afortunados aquellos Que, por una única vez, y aunque después se hayan alejado, Escucharon su enorme sandalia atacando la piedra.
Se dan varias citas además de la Apología de un matemático de G.H. Hardy:
La música puede utilizarse para estimular la emoción de la masa, mientras que las matemáticas no pueden hacerlo y la incapacidad se considera como algo ligeramente vergonzoso, mientras que la mayoría de la gente queda tan asustada por el nombre de matemáticas que, quizá sinceramente, está a punto para exagerar su propia estupidez matemática. [...]
Un matemático, al igual que un pintor o un poeta, es un creador de patrones. Si los suyos son más duraderos, es porque están hechos de ideas. [...]
Los patrones del matemático, como los del pintor o los del poeta, deben ser bellos. Las ideas, como los colores o las palabras se deben conjuntar de una manera armoniosa. La belleza es aquí la primera característica: no hay lugar alguno para una matemática fea.
Según el matemático Terence Tao [There’s more to mathematics than rigour and proofs], el estudio de las matemáticas tiene tres etapas: la pre-rigurosa en la que la matemática se enseña de una manera informal e intuitiva, la rigurosa en la que aprende a hacer matemáticas ‘correctamente’ y la post-rigurosa en la que la intuición empieza a jugar un papel importante. Y Tao continúa afirmando:
Sólo con una combinación tanto del formalismo riguroso como de la buena intuición, se pueden atacar problemas matemáticos complejos; se necesita del primero para tratar correctamente los detalles finos, y de la segunda para tratar correctamente el panorama general. Sin el uno o la otra, podrías estar mucho tiempo dando tumbos en la oscuridad.
¿Hay tanta diferencia entre la creación matemática y la literaria? ¿Por qué las escritoras y escritores deberían aprender matemáticas? Puedes leer la opinión de Alexander Nazaryan en Why Writers Should Learn Math.
Gracias, Sofía, por la referencia.
Artículo publicado en el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología (ZTF-FCT) de la Universidad del País Vasco ztfnews.wordpress.com
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