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Everest Boole, Mary (1832-1916) - Página 3
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Escrito por Juan Jesús Barbarán Sánchez (IES "Almina" de Ceuta)   
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Everest Boole, Mary (1832-1916)
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Debido a una controversia con uno de sus libros, Mary tuvo que abandonar su empleo en el college. Mary encontró otro trabajo como secretaria del amigo de su padre James Hinton, que era escritor especializado en temas éticos y evolucionistas, así como un experto otorrino. Mary le enseñó a Hinton cómo aplicar las ecuaciones al arte de pensar en el que él estaba interesado. A Mary le interesaba el trabajo de Hinton, que a la mayor parte de sus amistades le parecía poco importante, llamado ‘el arte de pensar por sí mismo, que tanto él como George Boole, pensaban que era la clave de la regeneración moral y física del género humano’. Ella pensaba que era posible expresar todas las nociones básicas del universo con números y símbolos. El número 1, por ejemplo, es la expresión de la unidad del universo. El cero es el infinito. A los cincuenta años, Mary empezó a escribir una serie de libros y artículos, que fue publicando regularmente hasta que murió. Algunas de sus publicaciones fueron: Mathematics in occultism, The divining road, The schoolgirl medium, About girls, What one might say to a schoolboy, Hooliganism, Philosophy and fun of algebra, The logic of love. Mary se propuso desde que tenía trece años no guardar ningún secreto. De esta forma ella podía publicar todo lo que deseara y decir todo lo que quisiera.

Mary tenía un grupo de amigos que se hacían llamar The cranks. Ella los conoció en un restaurante vegetariano de Londres. Pasado un tiempo, este grupo editó una revista titulada “The Cranck” en la que Mary colaboró con numerosos artículos como el titulado Are we berserks or christians? Su primer libro, publicado en 1883 pero escrito en la década de los años sesenta, fue un trabajo pionero en higiene mental. Otra de sus obras The preparation of the child for science publicada en 1904 tuvo a la larga un gran impacto en las escuelas de Inglaterra y de Estados Unidos en la primera parte del siglo XX al igual que sus notas de clase Lectures on the logic of arithmetic publicadas en 1903. En The mathematical psychology of Gratry and Boole de 1897 y uno de sus últimos libros The forging of passion into power de 1910, mostró ideas muy avanzadas para esa época.

gráfica

Mary también inventó la geometría de la cuerda y las llamadas “cartas de Boole”, que ayudan a los alumnos a aprender la geometría de los ángulos y espacios. Mary escribió “En mi infancia, las cartas de formas diferentes se vendían por parejas para tareas de costura. Las cartas estaban diseñadas para que se pudiera pintar en ellas; y tenían una hilera de agujeros alrededor del filo a través de los cuales las cartas gemelas se cosían juntas. Como yo no podía pintar, algo me sugirió que podía decorar las cartas entrelazando hilos de seda a través de los espacios en blanco por medio de los agujeros. Cuando estaba cansada de entrelazar de tal forma que los hilos se cruzaban en el centro y cubrían la carta entera, se me ocurrió cambiar el entretenimiento pasando el hilo de cada agujero a uno que no era exactamente el opuesto a él, y dejando por tanto un espacio en medio. Siento ahora el entusiasmo con que descubrí que el pequeño espacio en blanco que quedaba en medio de la carta estaba acotado por una curva simétrica compuesta por un diminuto trozo de cada uno de mis hilos rectos de seda; su forma depende del contorno de la carta…” [3] Un amigo de Mary escribió un libro titulado A rhythmic approach to Mathematics en el que se describen algunos experimentos con las cartas de Boole.

Mary Boole tenía fascinación por la psicología. Tuvieron que pasar unos quince años para que apareciera su siguiente libro titulado The message of psychic science for mothers and nurses cuya publicación suscitó una gran polémica lo cual hizo que perdiera su empleo como bibliotecaria, como ya se comentó anteriormente. Mary estudió los trabajos de Thomas Wedgwood, amigo de Darwin. Desarrolló las ideas de la mística y lógica francesa Gratry y las relacionó con las de su marido. Al mismo tiempo, se fue introduciendo progresivamente en el espiritismo y en la teosofía con una curiosa amalgama de ideas provenientes del ritual judío, del misticismo indio y de la ciencia occidental. A Mary le interesaba lo oculto, la homeopatía, el vegetarianismo y el amor.

A medida que pasaba el tiempo, la salud de Mary empezó a fallar. Ella murió en 1916 cuando tenía ochenta y cuatro años. Mary Everest Boole fue una mujer luchadora que, habiendo enviudado hacía quince años, sacó adelante a sus cinco hijas e hizo numerosas contribuciones en la educación matemática de innumerables niños y niñas. En cuanto a sus hijas, podemos decir que Lucy fue química y dio clases en la Escuela de Medicina para mujeres de Londres; Alicia fue una matemática con un talento considerable que se dice tenía la habilidad de visualizar figuras en una cuarta dimensión; la más pequeña, Ethel, fue novelista.

Mary se consideraba a sí misma como una psicóloga matemática. Su objetivo era intentar “… entender cómo la gente, en especial los niños, aprendían las matemáticas y la ciencia, usando las partes de razonamiento de sus mentes, sus cuerpos, y sus procesos inconscientes.” [3] Mary pensaba que a los niños se le deben dar los objetos matemáticos para que jueguen y que sea cada uno a su ritmo el que desarrolle las ideas y los patrones. Mary no era partidaria de fomentar la competitividad a edades tempranas como se aprecia en sus palabras: “El estímulo de la competitividad en los procesos de pensamiento a edades tempranas es perjudicial tanto para el sistema nervioso como para la intuición científica y sólo matemáticos muertos pueden aprender donde la competitividad prevalece”. [3] Otro de sus puntos fuertes era la comunicación. Ella organizó las populares Sunday night conversations donde estudiantes y Mary discutían sobre las matemáticas de Boole, la filosofía, los derechos de los animales, la lógica, la historia natural de Darwin, la psicología, etc. y cómo cada disciplina influye en las demás. Ella enfocaba estas sesiones para divertir y no para enseñar. Algunas de sus publicaciones se han hecho a título póstumo. Muchas de las aportaciones de Mary Boole se pueden ver en las aulas de hoy en día a pesar de haber recibido en ocasiones la indiferencia en la época victoriana.

 



 

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