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Zacut, Abraham (¿1452-1515?) - Página 3
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Escrito por José M. Cobos Bueno (Universidad de Extremadura)   
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Zacut, Abraham (¿1452-1515?)
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Con la llegada al trono de Portugal de Don Manuel, Zacut, alcanza su máximo esplendor en la corte portuguesa, y así conjuntamente con su discípulo Vicinho, va a estar presente en todos los proyectos de los navegantes portugueses.

A pesar de las buenas relaciones y de los servicios prestados al rey Don Manuel, Zacut resulta víctima del edicto de expulsión decretado por este rey. Para algunos autores habría partido hacia el norte de África (Túnez) en 1497 y ante la intranquilidad por el peligro de invasión española resuelve trasladarse a Turquía donde reside hasta su muerte en 1515.

Durante su estancia en África y hasta no llegar a Túnez donde existía una comunidad judía docta y próspera, Zacut debió pasarlo mal, como él mismo refleja en la Introducción de su Crónica: “Por mis pecados, a causa de la gravedad de las persecuciones, del cautiverio y de la penuria de alimentación, no tengo fuerzas ni ciencia, mi entendimiento ha desaparecido, hase embotado mi juicio”.

Considerado como el último matemático hebreo-español, nace en un momento en el que es manifiesta la decadencia de la Astronomía castellana –primera mitad del siglo XV– debido fundamentalmente a la condena que de ella hace el cristianismo.

En este contexto Abraham Zacut escribe su obra Hibbur ha-gadol (El gran Tratado), las tablas astronómicas que alcanzan mayor resonancia en el tránsito del siglo XV al XVI. Tal como se ha dicho esta obra, escrita en hebreo, la realiza por instancia de su protector el Obispo de Salamanca D. Gonzalo de Vivero a quien se la dedica. La termina en 1478 y algo más de un año después de la muerte de su protector –1480– la traduce al castellano Juan de Selaya o Salaya y corregida por el propio Zacut. También conocerá una edición traducida por el judío portugués, alumno de Zacut, José Vizinho en 1496 y publicada en Leiría.

De toda la obra que se le asigna a nuestro sabio, sólo se le puede, documentalmente, atribuir las siguientes: Hasafot leséfer ha–‘Aruk (obra lexicográfica), Séfer Yugasin (histórica) y como obras astronómicas y astrológicas: Haajibbur hagadol, Almanach Perpetuum, Tratado de las influencias del cielo y Juicio de los eclipses, ‘O sar jayim y Mix paté ha-cisteganin.

Almanaque
Tabla astronómica de Almanach Perpetuum

Debido a la coyuntura política de la península ibérica se producen una serie de escritos judaicos de contenido mesiánico, cuya causa fundamental habría que atribuírsela a la obligación de apartarse de su Ley Vieja.

Abraham Zacut también tiene su aportación a estos escritos mesiánicos. Estando ya en el exilio y teniendo en cuenta la astrología, calcula el acontecimiento para el año 1529. El comienzo tendría lugar por unas señales que aparecerían en 1518,año catastrófico para Europa y, en particular, para España y terminarían en 1522. En este año el pueblo judío reconocería sus culpas y se arrepentirían y todo esto como una prueba del Señor. El año mesiánico sería el de 1524,y teniendo en cuenta la conjunción de las estrellas, en 1529, se anunciaban las guerras entre Gog y Magog, el asesinato del Mesías, hijo de José, y la venida del Mesías redentor, oriundo de la casa de David.

Su obra capital es el Haajibhur hagadol que a lo largo de la historia ha recibido diversos nombres: Hibbur ha-gadol, Almanach, Almagesto, Bi’ur lujot, Séfer tekunat Zacut, Séller tekufot wemezalot e incluso Los cánones de las Tablas. Son las tablas astronómicas que alcanzan mayor resonancia hasta la aparición de las copernicanas.

Consta de un prólogo, 19 capítulos –en memoria del “áureo número”, mahzor o ciclo hebraico de diecinueve años–, y las tablas.

A pesar de que existen diversos manuscritos de esta obra en hebreo es, en general, conocida por la versión latina de José Vizinho publicada bajo el título de Almanach perpetuum. En esta versión sólo se recoge una parte del Haajibbur hagadol: un breve sumario de 10 páginas, y las tablas correspondientes a las efemérides del Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La obra, Almanach, aparece en 1496 en Leiría. Destacar el hecho curioso de que existan del mismo lugar y fecha dos ediciones del Almanach: una con los cánones en latín y otra con ellos en castellano; las tablas son idénticas en ambas ediciones. De la edición con los cánones en castellano se conocen tres ejemplares: uno en la Biblioteca provincial de Evora, otro en la Biblioteca que perteneció al rey Don Manuel de Portugal y el tercero en la Biblioteca Colombina de Sevilla.

Esta obra, Almananach Perpetuum, se traduce a diversas lenguas y fueron empleadas para el cálculo de efemérides por prácticamente todos los navegantes de este momento: Colón, Vasco de Gama, Behaim, etc. También es previsible que Colón utilizara algunos de los “regimientos” del discípulo de Zacut, el también judío José Vicinho.

De su estancia en la Escuela renacentista del Maestre de Alcántara, dejará el manuscrito Tratado breve de las influencias del cielo, conservado en la Biblioteca Colombina de Sevilla y se acompaña, como apéndice, de un tratado titulado De los eclipses. Su lenguaje es sumamente descuidado y oscuro y a veces intenta emular el más puro culteranismo. Por algunas construcciones da la impresión que primero se escribe en hebreo.

Ahora bien, un “tratado astrológico” de Zacut sería,pensamos, un complemento del Hajibbur y al mismo tiempo un mejor y más intimo testimonio de la posición intelectual del célebre rabino. La obra de Zacut es análoga a las que se escriben en su época y que se hacían a cargo de un mecenas. Así empieza y finaliza dedicándola a D. Juan de Zúñiga y Pimentel.

La introducción de la obra de Zacut es esclarecedora del pensamiento científico de nuestro autor. La utilización indistinta de las expresiones Astronomía y Astrología nos reafirma en la opinión, de que era un hombre de su momento histórico además de recuperar el significado de Astrología que le había dado Alfonso X.

Un primer análisis del contenido nos conduce a afirmar que aunque el Tratado se encuadra en la Astrología judiciaria, siguiendo a Ciruelo y Gaspar de Quiroga, la consideraríamos verdadera, lícita.

La primera parte la ocupa la definición del modelo cosmológico en que se va a mover, aunque sólo dará las propiedades cualitativas: número de esferas, número de estrellas, etc.

La segunda será la aplicación de la Astrología a la Medicina, destacando el capítulo que le dedica a la flebotomía.
La tercera parte entraría dentro de la Astrología universal, aplicándola a la Agricultura, confección de almanaques, estudio de las casas lunares –necesario para realizar el Tema celeste u Horóscopo– y finaliza aplicándolo al nacimiento de los hombres. Su pensamiento religioso, se pone de manifiesto separando perfectamente lo que considera campo científico del campo teológico.
 

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