![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Escrito por Alain Girodet | |||||||||||||
Domingo 01 de Marzo de 2009 | |||||||||||||
Página 1 de 11 La cinta de Moebius de Alain Girodet
Comedia en tres actos
Personajes: MADO, CLAUDE, CLAIRE y JULES
Hay un único decorado que representa una habitación, tipo salón, de casa burguesa, con columnas, molduras en el techo y dorados sobre las paredes, un mobiliario elegante que consta de un secreter, un televisor en una esquina, una mesa baja y un sillón. ![]() La cinta de Moebius realizada por Claude (foto del autor) PRIMER ACTO
Escena primera Mado, Claude
Claude Entonces, ¿es aqui? Mado ¿Le gusta? Claude Bueno, princesa, no está mal, resulta decadente, burgués pero decadente. Mado Le doy la razón. Es un hotelito particular construido durante el Directorio. Claude La buena época, ¡no! Pero habría que renovar la instalación eléctrica, no debe estar muy conforme a la normativa todo esto… Mado Es curioso lo que dice… Claude Ah ¿si? ¿Por qué? Mado Oh, por varias razones. Digamos que una de esas razones es que no resulta tan fácil tocar molduras dibujadas por Fontaine y Percier. Claude No conozco mucho a estos Dupond Dupond pero supongo que formaban parte de la flor y nata Mado Exacto. ¿Quiere beber algo? Claude Ah no, princesa. Ya he empinado bastante el codo en tu restaurante. Y además, ¿No sería el momento de que me enseñaras el dormitorio? Mado ¿El dormitorio? ¿Qué dormitorio? Claude ¡Pues el tuyo, princesa! No estamos aquI para hablar de molduras. O digamos que en cuestión de molduras prefiero las tuyas a las de tu cuarto, incluso si son las dibujadas por… ¡no sé qué tíos! Mado Fontaine y Percier… Me temo que se equivoca sobre mis intenciones. Claude ¿Ah? eso es otra cosa… ¿Nada de cama, entonces? Mado No, nada de cama. Claude Nada de cama… bueno, ¡una lástima! Mado Lo siento. Claude Motivos tienes. Entonces ¿Qué hacemos? ¿Admiramos el techo con la boca abierta? ¿A ver cuál de los dos se traga el primero una mosca? Mado Podemos… ¿Charlar por ejemplo? Claude ¿Charlar? Mado Si… charlar…. Claude Ah si…. Ya veo: te traes un mendigo una vez por semana a tu palacio, le pagas la cena, le largas un poco de dinero de bolsillo y, a cambio, te cuenta con todo detalle la apasionante vida de la calle de Paris. Así tienes tema para alardear en los salones, delante de las cacatúas emperifolladas que frecuentas. Supongo que habeís formado un club, para ver quién recibe al más mugriento, al más miserable, al más cojo. ¿Cómo nos elegís? ¿Por el olor? ¿Por el color? Mado No, no, está completamente equivocado. Le aseguro que es la primera vez que recibo en mi casa a un s.d.f.[1] Claude ¡Un s.d.f.! ¡Buah! ¿Sólo eso? Mado Le pido disculpas, yo no…. Claude Es la palabra: ¡s.d.f.! ¡me dan ganas de potar! ¡ la palabra, bueno… las siglas! Se puede decir: un vagabundo, un mendigo, un muerto de hambre, un comemierda, todo, todo, pero eso no, s.d.f. tres letras para archivar entre r.a.t.p. y s.n.c.f.[2]. Estas tres letras son lo peor. Mado Mire… lamento de veras haberle ofendido. Creía, ingenuamente quizás, que un s.d.f. no es un mendigo y que algunos precisamente reivindican una diferencia entre estas dos categorías, y las siglas… Claude Si princesa, si, ¡no te embales! ¡No tienes razón pero no te equivocas! conozco la canción: el mendigo ha elegido su condición, el s.d.f. la padece. El mendigo es un marginal, el s.d.f. un marginado. Sin embargo…. Mado ¿Si? Sin embargo… Claude in embargo… Sin embargo: ¡nada de cama! Mado No: ¡nada de cama! Claude Mala suerte… cuando pienso que casi me descoyunto, en el restaurante, para ver si llevas braga debajo de tu falda ajustada Mado Te molestaste para nada: llevo braguita y soy una mujer casada y fiel. Claude Esto se cura facilmente… y además yo no soy una infidelidad, soy un s.d.f. Mado ¡Mira por dónde! Cuando le conviene ¿Eh? Claude Venga, sin rencor princesa. Y charlemos ya que es lo que quieres, y ya que… nada de cama. Mira: para empezar, ¿cuál es tu nombre? Mado Mado. Ya se lo he dicho en el restaurante. Claude Si, y yo Claude, o.k., pero ¿tu apellido? En el restaurante has pagado en efectivo como los ricos de verdad, y no he leído tu apellido en la puerta de la entrada. Mado Observador ¿He? ¡Observador y curioso! Claude Me gusta saber con quién trato, princesa, y a quién le debo tantas… ¡amabilidades! Mado Mi marido se apellida Voltereine… Claude ¿Voltereine? ¿el de las pilas? Mado Eso es. Claude ¡Vaya! ¡Señora Voltereine! “Voltereine, la reina de los voltios![3]” Mado ¡Qué cultura! Claude No hay que menospreciarla, princesa, ¡no hay que menospreciarla! ¿te imaginas a los arqueológos del año 7543 cuando estudien nuestras pequeñas manías? Los Egipcios dejaron las pirámides, los jeroglíficos, los Griegos, el Partenón, dioses cachondos, los Romanos han dejado un buen número de ruinas guays, ¿y nosotros? nosotros dejaremos eslóganes… Mado Habrá seguramente dos o tres monumentos que sobrevivirán. Claude ¿Cuáles? ¿Beaubourg: la hemorroíde de Pompidou? ¿la polla de Eiffel? ¿Las autopistas de Balladur? ¿El arco del triunfo de Miterrand? Mado ¡Pero si va a resultar cínico mi mendigo!¿Juegas a ser Diógenes? Claude Oye, por cierto, ahora caigo: te mondabas con mi idea de rehacer la electricidad. Claro ¡con un barón como el tuyo! Mado No le digo…. Claude A propósito, ¿Dónde está el barón? Mado De viaje de negocios. Claude ¿Ah si? Viaje de negocios ¿Eh? ya veo: el señor se pasea en la otra punta del mundo bajo los cocoteros, varias decenas de veces al año, y mientras tanto, la pobre princesa se aburre en su piso de cuatrocientos metros cuadrados de la avenida Malesherbes. Ya no sabe que hacer con su dinero y con su tiempo. No es por decir, no es por parecer… un poco preocupado por el asunto, pero deberías tener un amante. Mado Puede ahorrarse sus consejos. Por otra parte ya le he contestado a propósito de este tema y le ruego no volver sobre ello, si no… Claude Vale princesa, vale…¡suave! es verdad que me paso, pero tienes que entenderlo: una monada como tú, forrada, que invita a un desharapado como yo, primero en un gran restaurante, gran clase y todo, y luego directamente a su casa… ¡esto no pasa todos los días! mira, no estamos en Navidad y ni siquiera se puede decir que hace frío fuera. Entonces tienes que comprender que me vengan pensamientos ¡en el lugar equivocado! Pero bueno, me morderé la lengua y guardaré el resto, al calor en mis gayumbos, prometido, lo juro…. Y si no escupo en el suelo, es por la alfombra, pero moralmente, es fetén. Mado Me alegra ver que vuelve a ser razonable. Claude ¿Verdad? Bueno, entonces si no estoy aquí para una visita guiada de tus muslos, ¿Cuál es el programa? Mado Pero si se lo he dicho… Claude ¡Ah si! ¡Charlar! Bueno pues charlemos, pero… de verdad ¿Eh? ¿con las cartas sobre la mesa? Mado Es decir… ¿Qué significa esto? Claude Es decir que nos lo contamos todo, o si prefiere: ¡No escondemos nada! Mado Bueno… De acuerdo… « cartas sobre la mesa »… Claude Bien, pues empecemos por ti, princesa, ¿Quién eres en realidad? Mado Pues, ya se lo he dicho: Mado Voltereine. Claude No,no esa es la máscara, es tu traje de princesa. A las titis les gustan las máscaras. Para empezar, cambian el apellido al casarse. Y se pintan, se emperifollan, se adornan con joyas. Los hombres, somos más sencillos… más gilipollas, si, pero más sencillos. Mado No sé a dónde quiere llegar. No querrá que me desmaquille para que esté contento. Claude Moralmente, ¿Por qué no? Mira, para empezar … ¡no eres una verdadera princesa! Mado ¿Perdón? Claude ¿Me pides perdón? ¿Tan pronto? Mado No, mire, realmente, yo… Claude ¡Venga! ¡Escúpelo! Estás casada con un barón ¡Vale! Pero no eres una princesa de verdad, no una « pura sangre cien por cien» Mado Y… Se puede saber ¿Por qué dice esto? Claude ¡Instinto! Mado Pero, ¿qué más? Claude Las verdaderas princesas no pillan nada de argot, por lo menos no todo, tú, no me has preguntado nada, ni siquiera te has sorprendido. Te he observado. Mado ¡Enhorabuena, señor inspector! es cierto que no he nacido entre lujos. Mis padres eran pequeños comerciantes, en Tignes, en Alta Saboya. Se apellidaban Verne, y por si puede hacerle gracia, mi padre se llamaba Jules, él también. Claude ¿Como Jules Verne? Mado ¡Si! como Jules Verne, y también como mi marido! Claude Jules Verne, Jules Verne y Jules Voltereine. Oye tú estás predestinada, ¡sólo te faltaba un César! Mado A mi hermana y a mi nos hacía soñar que nuestro padre se llamara Jules Verne. Y luego, de adolescentes, nos hacía gracia. Claude Mado Verne…. Mado, ¿es Madeleine? Mado Oh, no, ¡Mucho peor! Marie Dorothée. ¿Se imagina las bromas de mal gusto en el colegio? Entonces decidí hacerme llamar Mado, hasta en los documentos de identidad. Claude La máscara… La máscara, ¡no hay duda! Mado Claro, la máscara. Y ¿Por qué no, después de todo? Mire, estoy segura que usted también lleva una máscara. ¿Quién sabe? ¡Quizás incluso la máscara del s.d.f., perdón, del mendigo! Claude Lo has olvidado, princesa, o quieres que me enfade de verdad. Lo de vagabundo es todo menos una máscara. Y lo de s.d.f., es de verdad, No nos escondemos, no nos lo podemos permitir. Mado Le ruego que me perdone, no quería violentarle… Claude ¡Violentarme! ¡Ah! ¡Violentarme! ¡Vaya palabras que usan estos burgueses, me cago en Dios! Violentarme… no te preocupes, princesa, estás perdonada, ¡palabra de Gilles! Mado ¿Palabra de? Claude ¡Gilles! ¡Es mi apellido! Claude Gilles. Ves, soy mucho más pobre que tú, mucho más, ni siquiera tengo un nombre entero, ni siquiera un verdadero apellido: sólo tengo dos nombres y con esto tengo que apañarme. Mado ¿Sigue sin querer beber nada? Claude No, princesa, nada. Pero tú puedes tomarte tu whisky. ¡ los ricos sí beben! Mado Es lo que iba a hacer. Voy a servirme, y también voy a cambiarme. ¿Puedo dejarle solo un minuto? Claude Haz como si estuvieras en tu casa, princesa y no te angusties: ¡no voy a largarme con la plata! (Ella sale) |
© Real Sociedad Matemática Española. Aviso legal. Desarrollo web |