48. (Octubre 2018) La diáspora de los astrolabios andalusíes |
Escrito por Ángel Requena Fraile | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Martes 02 de Octubre de 2018 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
(Astrolabio desmontado de Muammad ibn al Saffar (1020) – Subastado en 2017) El astrolabio o planisferio es un dispositivo astronómico basado en la proyección de la esfera celeste sobre un plano y que tiene su origen en la matemática griega del periodo alejandrino. Se atribuye a Apolonio de Perga (262-190 a.C.) la fuente de la teoría geométrica, a Hiparco de Nicea (190-120 a.C.) la invención, y a Ptolomeo (100-158 d.C.) el primer manual para la construcción del instrumento. Los bizantinos fabricaron astrolabios pero fueron los astrónomos arábigos los que lo convirtieron en un instrumento de amplio uso que transmitieron a Europa occidental. El astrolabio plano habitual usado por los sabios árabes es el que utiliza la proyección estereográfica con foco en el Polo Sur y el Ecuador como plano de proyección. Un planisferio consta de una madre que aloja las láminas de cada latitud con un limbo (borde graduado), una araña (red) móvil con la eclíptica y la posición de las principales estrella para uso nocturno y las láminas (o tímpanos, o climas) con las coordenadas locales (azimut y almucantares, que son los meridianos y paralelos de la semiesfera local). El reverso permite calcular alturas con una alidada móvil con dos perforaciones para enfocar el astro. El siglo XI fue el gran siglo de la matemática y la astronomía en al-Andalus. La construcción de astrolabios forma parte de su pujanza. El califato había sentado las bases, creando un ambiente propicio a la ciencia, y con su desaparición los sabios encontraron en las cortes de taifas la mejor de las acogidas: Sevilla, Toledo, Zaragoza, Badajoz sustituyeron a Córdoba en aplicación. Una sociedad tan letrada deja testimonio escrito de ese clima tan favorable a la sabiduría. El cadi toledano Said al-Andalusí (1029-1070) recogió en su Libro de las categorías de las naciones la crónica de lo que iba a ser la emergencia de la alta matemática en al-Andalus. Los geómetras que en el libro aparecen como promotores cumplieron con creces. En relación con los astrolabistas, el cadí escribe: Abu l-Qasim Ibn as-Saffar tenía un hermano llamado Muhammad célebre por la fabricación del astrolabio. Nadie antes que él en el al-Andalus, fue más hábil que él en su fabricación... Ibrahim ibn Said as- Sahlí al-Asturlabí vive en Toledo. Entre los más distinguidos de los geómetras está Ali ibn Jalaf… Abu Ishaqibn Yahya an- Naqqas conocido como az-Zarqiyal (Azarquiel), es el más entendido de los hombres de nuestro tiempo en las observaciones de los astros y en el cálculo de sus movimientos. (Astrolabio de Ibrahim ibn al-Sahlí (Toledo - 1067). Museo Arqueológico Nacional. Madrid) Cuatro nombres importantes han sido citados: ibn as-Saffar, as-Sahlí, ibn Jalaf y Azarquiel. Los apelativos (nisba) explícitos de al-Asturlabí, as-Saffar (trabajador del cobre) o al-Naqqas (cincelador de cobre y latón) dan cuenta de su actividad y origen. Los astrolabios andalusíes suelen estar firmados por sus autores, por ello se conservan instrumentos con los dos primeros nombres. No hay piezas de los otros dos, en cambio dejaron fama imborrable en Los libros del saber de astronomía mandados redactar por Alfonso X. De la época nazarí es la otra crónica detallada, la Ihata, escrita por el prolífico visir ibn al-Jatib (segunda mitad del siglo XIV): Ahmad ibn Husayn ibn Baso se hizo célebre por su habilidad en la construcción de instrumentos astronómicos y consiguió que sus piezas, por las que se pagaban precios muy altos, desplazasen a la de otros reputados autores como el sevillano Muammad al-Jamairi o el toledano Muammad ibn al Saffar. Se estima en un centenar y medio el número de astrolabios árabes que se conservan. Una tercera parte, unos cincuenta, pueden ser andalusíes. Los astrolabios formaron parte de la diáspora musulmana de al-Andalus. Algunos saldrían fuera con sus propietarios y otros, que se quedaron, serían vendidos a los principales museos y coleccionistas. Unos pocos quedan en la Península. Incluso ha habido suerte y alguno ha aparecido entre los escombros al hacer obras en Granada. Recogemos algunos de los más importantes, con su lugar de fabricación y actual localización:
De los 25 astrolabios y azaleas citadas apenas media docena permanecen en España. Los otros son objetos de valor de distintos museos. Tomamos como muestra el astrolabio andalusí de Kassel que es similar al del Museo Arqueológico Nacional del mismo autor. Astrolabio de Ibrahim ibn al-Sahlí (1086) en Kassel El Gabinete Astronómico-físico del Palacio de la Orangerie exhibe los instrumentos del Landgraf Wilhelm IV de Kassel-Hessen, un gobernante que fue tanto mecenas de la ciencia matemática emergente como uno de sus activos practicantes. Tycho Brahe y Jost Bürgi dejaron su huella en Kassel Entre la colección astronómica destaca el planisferio de latón que conserva todas sus laminas. Se trata de un astrolabio fechado en Valencia en el 1086, en el que fue el siglo de oro de la matemática en al-Andalus. El astrolabio fue construido por Ibrahim ibn al-Sahlí. Se trata del Ibrahim b. Said as Shalí al-Asturlabí que moraba en Toledo cuando fue citado por Said al-Andalusí (1029-1070) en su. Libro de las categorías de las naciones. En 1085 se había producido la definitiva conquista castellana de la ciudad del Tajo. Los astrolabios son una muestra patente del desarrollo científico andalusí. La diáspora hispanomusulmana ha afectado también a su legado: solo se conservan en España una pequeña parte de los fabricados.
(Astrolabio de Ibrahim ibn al-Sahlí (1086) –Museo Orangerie. Kassel) El astrolabio es una calculadora astronómica analógica basada en la proyección estereográfica de una esfera sobre el plano del Ecuador usando el Polo Sur como vértice del cono. La base teórica se debe a Ptolomeo pero la primera referencia directa se encuentra en Juan Filópono (490-566). La proyección de la lámina del horizonte depende de la latitud (el clima, decían los árabes) por eso se fabricaban diferentes láminas para las ciudades más importantes. Mejoras originales andalusíes: ibn Jalaf, Azarquiel e ibn Baso Los astrónomos andalusíes no se limitaron a reproducir los modelos de astrolabios orientales y desarrollaron algunas mejoras de calado. A ibn Jalaf se debe la lámina universal, Azarquiel diseña dos tipos de azafea e ibn Baso introduce la lamina general, uno de las incorporaciones más exitosas, tanto que llega hasta la India. Los tres astrónomos dan respuesta al problema del cambio de lámina con su lámina universal. No se sabe a quien atribuir la idea de cambiar el foco y el plano de la proyección estereográfica para evitar el inconveniente de tener una lámina para cada latitud pues ibn Jalaf y Azarquiel son contemporáneos. Ibn Jalaf se atribuye a sí mismo el merito de cambiar el foco y el plano proyectivo. Los astrolabios proyectan sobre el plano del Ecuador (desde el polo sur) mientras que la azafea y la lámina universal lo hacen sobre el plano meridiano del coluro de los solsticios (y desde el punto vernal). La versión mejorada de la azafea (zarqaliyya) utiliza además la proyección ortogonal para el dorso. (Azafea zarqaliyya de ibn Hudhayl de Murcia. 1252. RACAB - Barcelona) La azafea es un versátil instrumento astronómico inventado por el sabio y artífice toledano Azarquiel a mediados del siglo XI. En España solo se conserva el ejemplar de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona (RACAB) que fue ejecutada en 1252 por Muhammad ibn Muhammad ibn Hudhayl en la ciudad de Murcia. La azafea permite con facilidad extrema conocer la duración de los días o la visibilidad de estrellas. La palabra azafea significa placa, o lámina, y sustituye en muchos usos al astrolabio. Frente a éste que necesita una lámina para cada latitud, aquella es universal. La azafea suprime la red mientras que la lámina universal de ibn Jalaf la mantiene. Desgraciadamente no se conserva ningún ejemplar de este último tipo. Lo que más se parece es el precioso planisferio universal de al-Sarraj (1328) del Museo Benaki de Arte Islámico en Atenas. (Planisferio universal de al-Sarraj (1328). Museo Benaki. Atenas) La solución de Azarquiel/al-Jalaf a la lamina universal fue cambiar la proyección ecuatorial por otra meridiana. En cambio el granadino ibn Baso mantiene la ecuatorial y las diferentes láminas por latitudes pero construye otra general con escala de horizontes desde el ecuador. De esta forma los astrolabios mantienen los tímpanos para distintas latitudes pero añaden una lámina más para cualquier latitud: la lámina general. Se conservan dos decenas de ejemplares de este tipo por el mundo y solo dos en España: una firmada por el mismo ibn Baso en la Real Academia de la Historia (RAH) y otra anónima en el Instituto Valencia de Don Juan. La lámina general de ibn Baso está marcada con tres clases de círculos: los horizontes múltiples (círculos máximos con diámetro Este-Oeste), los paralelos del eje del mundo y los arcos (a modo de paralelos del eje Este-Oeste). El principal inconveniente de la lámina es la dificultad de lectura por la saturación de líneas. (Lámina general de ibn Baso. Siglo XIV. Instituto Valencia de don Juan. Madrid) |
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